OPINIÓN

En la última sesión del pleno de Alcobendas, presenté una moción para poner el nombre de Ignacio Echeverría “El Héroe del Monopatín” al Skatepark de Alcobendas. Lamentablemente, lo que era una propuesta cargada de simbolismo y sin ningún tinte político, se convirtió en un estercolero ideológico por parte de CIUDADANOS, PSOE Y PODEMOS.

En el equilibrio de la razón y la emoción, el pragmatismo. Cabeza y corazón en equilibrio, como todo lo serio, como todo lo importante en la vida.

Lamentablemente y una vez más, la ciudad de Alcobendas, los vecinos de Alcobendas, se tienen que ver reflejados en los medios de comunicación nacionales por una noticia negativa: las facturas tan abultadas de las comidas en restaurantes y de los taxis del equipo de gobierno tripartito de Alcobendas, las ya conocidas como las “facturas de la vergüenza”.

Muy de moda se ha puesto en los políticos que no aportan valor añadido, el tirar de lo que son en su vida privada, para enmascarar sus deficiencias en sus responsabilidades públicas.

Después de un periodo dedicado a disfrutar los primeros días de mi pequeño para poder compartir junto a la familia el día a día de una nueva vida, vuelvo al ayuntamiento con las fuerzas renovadas y con ganas de llevar a cabo los propósitos a los que nos comprometimos como gobierno y seguir adelante con los nuevos retos que quedan por llegar hasta el final de la legislatura. Desde el equipo de gobierno, sabemos que después de dos años de una profunda crisis ocasionada por una terrible pandemia que paralizó prácticamente España, podemos decir que hemos gestionado de una forma impecable estas dificultades que han supuesto una traba para todos los municipios, pero gracias a la colaboración estrecha de la que podemos estar orgullosos en Alcobendas, hemos salido adelante con los proyectos que se pactaron en su momento.

Vivo en una urbanización de Sanse. Llevo toda mi vida viviendo allí. Pero también conozco a muchos amigos y tengo familiares que viven en el casco urbano. Y, a pesar de ser joven, trabajar y seguir formándome -en mi día a día tengo muy poco tiempo libre-, soy muy consciente de la realidad que nos rodea en esta ciudad. Nunca antes San Sebastián de los Reyes estuvo tan mal gestionada. Lo he dicho un millón de veces desde estas páginas. No es que no se ofrezcan propuestas que mejoren la vida de los vecinos. Al contrario, cada decisión que toma el actual equipo de gobierno es un despropósito.

Todo un símbolo de un tiempo malo que empieza a conjugarse en pasado, decae. Las mascarillas, salvo excepciones concretas, han dejado de ser obligatorias. Con ello dejamos atrás una etapa en la que este elemento facial ha formado parte de nuestro vestuario diario, de nuestra fisonomía cotidiana y de nuestro entorno tanto en la calle como en el trabajo y, en ocasiones, incluso en el hogar.

Nuestras dos poblaciones están floridas y deslumbrantes. El agua que ha caído y de que manera para cambiar la imagen de nuestros campos, a pesar de la cercanía del gran Madrid. Y por otro lado, estamos en una época del año que invita a disfrutar los fines de semana realizando más actividades deportiva al aire libre. Esto es bueno. Nuestros municipios disponen de muchos circuitos para practicar el senderismo y el ciclismo de montaña. También cuenta con varios complejos deportivos y que muchos de los vecinos desconocen.

Ya estamos en primavera, ya estamos en abril. Y para no variar, lleno de problemas y con un horizonte muy oscuro en el ámbito nacional e internacional. La economía española le toca reinventarse de nuevo para superar cuanto antes los estragos que está ocasionando la invasión de Ucrania por parte de Rusia.

Soy de esas personas que les gusta mirar las situaciones de frente, arremangarse y ponerse a trabajar. En marzo de 2020 tocó tomar decisiones complicadas, pero siempre con un objetivo: no dejar a nadie atrás. Y ahora, haremos lo mismo.