Una de las estrategias más utilizada por la izquierda política es aquella según la cual el PP y Vox comparten el espacio comúnmente definido como extrema derecha. Es un argumento muy pobre y muy manoseado, pero para el sanchismo decir que el PP es la extrema derecha, resulta sumamente eficaz como descalificación global. Tan es así que no es posible recordar otra crítica más repetida y sobre la que insistan tan enfáticamente.
“Una campaña electoral bien diseñada puede llegar a influir notablemente en el sentido del voto. Un llamativo slogan político puede modificar los resultados mucho más que el contenido del programa, que casi nadie lee.
Por ello los partidos políticos destinan muchos medios a su maquinaria de propaganda. Algunos, con más tiempo a diseñar frases llamativas que a reflejar en un programa su ideario político. Al sanchismo le ha dado buen resultado calificar al PP de extrema derecha y asociarlo indeleblemente a Vox.
Siendo cierto que el PP ha ganado nítidamente todas las elecciones en la era sanchista, también lo es que una parte del electorado cambió a última hora su voto, voto de un ciudadano de ideología moderada, ante el temor de que su voto al centro-derecha pudiera fortalecer opciones radicales, y ello hizo que la victoria del PP no fuera tan amplia como se pronosticaba.
Las elecciones generales del pasado 23J supusieron un claro ejemplo de lo antedicho. Bastó que en los últimos días de campaña se extendiera el rumor de que los votos al PP iban a apuntalar un pacto con Vox, para que una parte notable de votantes cambiaran su decisión. Y aunque el Partido Popular ganó, su resultado podría haber sido claramente mejor. Bien es cierto que la estrategia del PP en aquellos últimos días fue manifiestamente mejorable,
En España solamente dos partidos tienen opciones de gobierno. Pero, así como un PSOE sin escrúpulos ha encontrado la fórmula para conseguir comprar el apoyo de un sinnúmero de partidos dispuestos a todo con tal de ganar su cuota, el PP no tiene socios.
Hay quien pudiera pensar que Vox es un aliado del PP en el entramado político. No lo es. El PP y Vox mantienen acuerdos en algunos gobiernos autonómicos y ayuntamientos, pero siempre en permanente tensión. No recuerdo haber escuchado de un dirigente de Vox ni un solo comentario positivo del PP. Y digo sin titubear que no ocurre lo mismo en sentido contrario.
Los dirigentes y simpatizantes de Vox echan pestes del PP Sólo nos redimiríamos si pensáramos y actuáramos como ellos. Porque la VERDAD forma parte de su patrimonio.
El adversario político del PP es Sánchez, pero Vox es una pesada carga en el camino hacia el cambio. Vox dice que España es lo importante. Sin duda. Incluso más que los partidos.”