Hace ya demasiado tiempo que la actividad política nacional no genera ni una sola buena noticia. Es difícil identificar una sola iniciativa del gobierno de Sánchez que pueda considerarse beneficiosa para la sociedad.
“Si repasamos lo que el Congreso ha aprobado en esta legislatura solo podremos recordar disparatados cambios legislativos dictados por los socios independentistas de Sánchez, con los que ha mercadeado la más absoluta impunidad a cambio de mantenerse como presidente. Considero ocioso insistir en el tremendo relato sobre el acoso que Sánchez ha perpetrado a nuestras instituciones más importantes.
Pero sin embargo el gobierno, hábil en el maquillaje y las trampas, ha puesto en circulación una serie de ideas fuerza con las que pretende ganarse una alta calificación social, y de paso intentar que se olvide para quien trabaja.
La palabra progresismo no se les cae de la boca, La utilizan como muletilla válida para justificar cualquiera de los disparates que están llevando a cabo. Todo es progresista y por lo tanto beneficioso para el pueblo: es progresista amnistiar a delincuentes que pretenden la ruptura de España y que aseguran volverán a hacerlo Es progresista incluir en el gobierno a ministros comunistas que no creen en nuestro modelo de sociedad. Es progresista dinamitar el equilibrio fiscal entre comunidades para favorecer, de nuevo el chantaje, a quien en caso contrario les hará caer. Es progresista acosar a las empresas porque obtienen beneficios con su trabajo y riesgo. Es progresista freir a impuestos a las grandes fortunas y a la sufrida clase media. Es progresista mantener a dieta de salario, reconocimiento y medios a la Guardia Civil. Es progresista propiciar el acceso a diferentes gobiernos a los herederos de ETA que aún no han pedido perdón. Y es inequívocamente progresista asociarse políticamente con partidos como Junts o el PNV.
En fin, todo es válido porque es progresista. Y el que no lo entienda así no es demócrata o es de derechas, que lo mismo da.
La realidad es bien distinta. El gobierno de Sánchez es el más nefasto para los intereses de España que pueda recordarse. Sólo le interesa su poder, y para mantenerlo está dispuesto a todo.
Y si nos faltaba algo para confirmarlo, aparece de nuevo la corrupción socialista, que llega hasta el consejo de ministros y al entorno más próximo del presidente.
La estrategia es muy evidente. En el Congreso no se escuchan más que descalificaciones, insultos y amenazas desde las bancadas “progresistas”, para intentar esconder la perversa realidad.
El Partido Popular debe desmarcarse. En esta legislatura ha presentado muchas iniciativas que es necesario dar a conocer.
El gobierno va a cocerse en su propia salsa, ya ha empezado.
Y el PP, aunque no sea progresista, ya ha demostrado que España es su prioridad.”
Si (
No(
