"Considero ocioso recordar de nuevo la sucesión de tantos dislates cometidos por PS con tal de mantenerse en el poder. No ha sido suficiente.
Hoy leemos muchos razonamientos para justificar el por qué el Partido Popular ha ganado las elecciones pero no podrá gobernar. Y quien desarrolla sus teorías se muestra tan firme para defenderlas como cuando anunciaba un resultado espectacular de los partidos de centroderecha.
Yo también mantengo mi propia teoría al respecto. Pretendo, sin creerme en posesión de la verdad, aportar alguna idea que pueda ayudarnos, ya para el futuro. Me baso en mi experiencia de haber ganado cinco elecciones consecutivas en una Plaza como Alcobendas, con un perfil de votante muy similar al de la mayoría de regiones de España.
El Partido Popular se escindió en los últimos años en dos nuevas formaciones, Ciudadanos y Vox, en la que militaron, o militan, personas que en otros momentos habían apoyado al PP. Y nunca me pareció extravagante que dentro de la familia popular hubiera sensibilidades distintas. Algunos pensaban en demasiada escora hacia estribor, y otros hacia babor,
Las nuevas formaciones tuvieron sus momentos de gloria coincidentes con importantes crisis del PP, y según se iban resolviendo éstas, la situación cambió. Ciudadanos desapareció en etapas sucesivas, y los apoyos a Vox bajaron notablemente.
Las elecciones del pasado 28/M pintaron un panorama nuevo. El PP obtuvo un gran resultado en municipios y comunidades, y ello despertó la confianza en un giro similar para las siguientes elecciones generales. Y estoy convencido que efectivamente las primeras encuestas que apuntaban al cambio se basaban en la intención cierta de muchos españoles que sin ser votantes del PP consideraban que era necesario propiciar el cambio.
El Partido Popular nunca conseguirá un gran resultado en elecciones generales si no recibe los votos de quien en algún momento votó a un partido de izquierda o, más recientemente, a quien había votado a Ciudadanos,
Pero estos apoyos que podrían haberse conseguido se perdieron ante la actitud radical de Vox. “¡Nuestros votos no van a ser gratis!”, clamaron.
Y muchos de los que habían considerado que el PP era la mejor opción, se volvieron atrás. Vox no es un partido que voten los moderados. Y la exigencia de Vox de imponer sus ideas antes de pensar en España, nos ha traído aquí".