El grave daño de alimentar bulos y fake news

Frente a esta cara de la moneda eficaz y positiva, estos mismos instrumentos poseen otra perniciosa, negativa, perjudicial y grave. Me refiero al mal uso materializado en forma de bulos, falsas noticias y mentiras difundidas, es en definitiva lo que conocemos en término de anglicismo como "fake news".

Una falsa noticia o un bulo difundido de manera masiva en redes sociales y otros medios que nos brina internet, puede provocar unos daños sociales inconmensurables, un dolo a la reputación personal muy grave o incluso generar un conflicto u altercado de gran dimensión.

Recientemente hemos sufrido en nuestra ciudad los efectos de estos nocivos bulos. En concreto se difundió que unos indeterminados grupos de jóvenes habían convocado una "kedada" en un lugar concreto de Sanse con perfiles violentos. Mentira y falsedad absoluta y convocatoria inexistente. Pude comprobar personalmente como esa falsa noticia había sido multidifundida alarmando a un sector de la población que había dado por cierta esa cita. De manera rápida y veloz esa información se transmitió por redes sociales en unos casos haciéndose eco de manera ingenua y sin maldad pero, de otra, de forma perversa y especialmente dañina.

Una vez comprobada la falsedad del hecho, se dieron las instrucciones pertinentes para que desde Comunicación y la Policía Local se desmintiera la información así como se transmitiera tranquilidad a la población sensible a esa alarma.

Llegó la fecha de esa supuesta "kedada" violenta" y como era de esperar, la anunciada cita no se produjo.

He querido narrarles lo sucedido para que en futuras e hipotéticas "acciones" de este tipo que pudieran surgir, sepamos cómo actuar. La primera recomendación que hago es no hacerse eco de ello y, especialmente, no colaborar en la difusión de la falsedad aunque se haga de manera sinceramente ingenua y sin ánimo de maldad. Eso es lo que buscan quienes difunden fake news porque es, precisamente de esa manera, como el bulo se convierte en elemento informativo multidifundido o incluso se hace viral. Por tanto, y esto es muy importante, no hay que hacer caso ni darle promoción a este tipo de noticias ignominiosas.

Y por último, una reflexión personal. Usemos internet y las redes sociales de manera positiva. Eduquemos a nuestros hijos en valores del respeto y en la advertencia de las consecuencias de un uso perverso de las nuevas tecnologías. En definitiva seamos conscientes de la malignidad de un simple click, del daño de un retuit o las consecuencias negativas de dar pábulo o alimentar una mentira compartida en Facebook o Instagram.