Ventilador de Sanse

Soy joven y llevo toda mi vida viviendo en Sanse. Y como a toda vecina de cualquier lugar de España, me gustan las fiestas de mi pueblo. Las fiestas, sus tradiciones, sus costumbres y todas las actividades que desde niños hemos vivido. A cualquier persona, y más siendo joven, las fiestas de su pueblo le gustan. Aquí y en la China.

Confieso que me parte el corazón la situación que está viviendo el pueblo de Ucrania tras la invasión de Rusia. Es frustrante ver cómo miles de inocentes son masacrados con absoluta impunidad por culpa de un loco dictador. ¿Estamos haciendo lo necesario para impedirlo? Tengo la sensación de que se podría hacer mucho más. Lo único que me reconforta un poco son las muestras de solidaridad con el pueblo ucraniano que se está viendo por todas partes. Muchas familias de Sanse están donando sin parar comida, medinas, ropa…para hacer llegar a los ucranianos. Nuestra ciudad ha vuelto a demostrar que es muy solidaria. Otra cosa es nuestro Ayuntamiento, que se ha puesto a funcionar una semana más tarde que el resto. Es paradójico que haya partidos políticos que hayan enviado la primera semana de marzo 20 furgonetas con donaciones para Ucrania, como hizo el Partido Popular, y el Ayuntamiento no se haya puesto a funcionar hasta la segunda.

¿Quién no ha llenado alguna vez el depósito de su coche en la gasolinera de San Sebastián de los Reyes donde trabajan personas con capacidades diferentes? ¿Quién lo ha puesto gasolina en su moto en el surtidor de Apadis? Creo que no hay nadie en nuestra ciudad que no conozca este proyecto tan bonito que da la oportunidad de trabajar e integrarse socialmente a estas personas maravillosas desde hace 25 años.

San Sebastián de los Reyes se parece cada día más al escenario de una serie de Netflix. Y en cada episodio la trama se va enredando hasta tal punto que parece imposible desliar la madeja. Sus guionistas empezaron escribiendo lo que parecía una comedia al estilo ‘The Office’, donde era muy complicado pillar el punto a las gracias de sus protagonistas, pasando por una intriga para adolescentes tipo ‘Élite’, hasta llegar hoy a una mezcla cutre entre ‘La Casa de Papel’ y ‘Esta mierda me supera’.