opinion Narciso Romero Morro

Recientemente hemos celebrado y conmemorado el 530° aniversario de la Fundación de San Sebastián de los Reyes. Con motivo de tan importante hecho realicé esta reflexión que me gustaría compartir con los lectores.

Todo un símbolo de un tiempo malo que empieza a conjugarse en pasado, decae. Las mascarillas, salvo excepciones concretas, han dejado de ser obligatorias. Con ello dejamos atrás una etapa en la que este elemento facial ha formado parte de nuestro vestuario diario, de nuestra fisonomía cotidiana y de nuestro entorno tanto en la calle como en el trabajo y, en ocasiones, incluso en el hogar.

El concepto Patria a fuerza de ser utilizado con intereses partidistas, patrimonializar de manera reduccionista, de ser usado sectariamente o por un prurito vergonzoso (que yo no entiendo, por cierto), se ha ido desvirtuando en su acepción más clara y noble. Patria es el lugar o comunidad con la que una persona se siente vinculada o identificada por razones afectivas. Suele designar al lugar natal o adoptivo al que un individuo se siente ligado por vínculos de diversas índoles, como afectivos, culturales, históricos o familiares. En ese sentido lo tengo claro, soy español y mi patria es España.

La participación ciudadana supone la intervención del pueblo en la toma de decisiones sobre los recursos, las acciones y el desarrollo de las políticas de la ciudad.