Un estudio profundo realizado realizado por el prestigioso medios Merca2, analiza el origen de los llamados jamones ibérico que se venden en los supermercado de aparente corte "baratos" Dada su importancia, reproducimos integramente el trabajo informativo:
La respuesta es que, en la mayoría de los casos, no están comprando un verdadero jamón ibérico criado y alimentado en la dehesa. ¿Qué compran entonces? Los consumidores adquieren jamón ibérico de cerdos híbridos mezclados con otras razas, principalmente Duroc. Estos animales están alimentados a base de piensos. Los usuarios no lo saben, y compran atraídos en base a dos atractivos: precios más bajos a la raza pura y un etiquetado confuso. Tanto que se omite información sobre la raza mezclada (Duroc) en el etiquetado.
Así, muchas cadenas de supermercados ofrecen en sus lineales este producto con una etiqueta que anuncia que se trata de un “jamón ibérico” o “jamón de bellota ibérico” para acompañarlo en la letra pequeña con el porcentaje que revela la mezcla: “un 50% o un 75% de ibérico”. Y estas etiquetas vienen amparadas por la ambigua legislación –Real Decreto 4/2014– que no diferencia claramente entre producto y raza. Es jamón, si; pero no es 100% ibérico.
Y aquí en donde comienza la guerra por el mal uso que se da de la palabra “ibérico” y que divide al sector. Por un lado, las Denominaciones de Origen y los defensores de la marca “ibérico”, mientras que por otro están las compañías como El Pozo, Grupo Jorge o Comapa, que aprovechan para hacer negocio –a través de las cadenas de distribución como Carrefour– con la confusión que genera en el comprador. “Se hace ver al comprador algo que no es real, por lo que para nosotros es un fraude porque un animal ibérico es aquel que procede de padre y madre ibérica, y no de cruces”, denuncia Juan Luis Ortiz, secretario de la DOP Los Pedroches, quien asegura que se está dañando la imagen del cerdo ibérico.
De hecho, hay casos más extremos. Recientemente, Facua denunció al grupo de distribución sevillano Hermanos Martín, propietarios de los supermercados mixtos Cash Fresh, ante las autoridades de consumo de la Junta de Andalucía en Córdoba por la venta de jamones de pata negra de siete a ocho kilos al precio de 115 euros la unidad. En el etiquetado de estos productos puede verse la denominación social “Cien por Cien Pata Negra SL”. Un etiquetado que desde Facua consideran “publicidad engañosa” porque “la DO comercial del producto no es real”, explica Rubén Sánchez, portavoz de Facua.
La publicidad engañosa es considerada ilícita y desleal ya que en la mayoría de los casos distorsiona el comportamiento económico del consumidor, según la Ley General de Publicidad y la de Competencia Desleal. Esta ley también castiga la omisión de información.
CARREFOUR, BAJO LA LUPA
Parte del sector lleva tiempo denunciando estas situaciones, como que Carrefour venda un “falso jamón ibérico” a precios muy bajos para atraer al consumidor. “Ofertar un jamón de bellota a 30 euros el kilo es imposible. No se vende por menos de 35 euros el kilo”, denuncia Constantino Martínez Fernández, analista especializado en el sector porcino.
La mayoría de los hipermercados de Carrefour en España llevan desde principios de diciembre anunciando en sus lineales grandes ofertas de jamón ibérico. Entre ellas, la marca ‘Ibéricos De Antaño’. Por 259 euros un comprador se está llevando un jamón que solo es un 50% de raza ibérica. Desde Carrefour no han querido hablar de confusión y se han limitado a defender que “todos los productos cumplen con la legislación vigente”.
A ello hay que sumar que la cadena de alimentación gala es el principal cliente de Comapa, la empresa acusada de fraude en la comercialización de jamones y otros productos cárnicos no aptos para el consumo que han caducado o han sido almacenados en condiciones insalubres, tal y como avanzó ‘Economía Digital’. De hecho, en los próximos días, comparecerán ante la magistrada Francisca Valverde los dos máximos responsables de Comapa, el presidente, Blai Pares Dasch, y el consejero delegado, Jaime Álvarez Fra.
LOS SUPERMERCADOS RECONOCEN LA CONFUSIÓN
Dada la ambigüedad de la norma, la mayoría de las cadenas cumplen con la normativa e incurren en esta confusión. Algunas como Makro, reconocen el caos: “la falta de conocimiento de esta información puede llevar a que se confunda la denominación de ibérico con el cruce de razas que no tiene nada que ver. Y esto es para nosotros y para todo el mercado”, apuntan a MERCA2.
También es el caso de Consum. “Puede ser que sí que haya cierta confusión por parte del cliente en cuanto a la normativa del ibérico, ya que igual desconoce que no todos los ibéricos son 100% y están cruzados, solo por la raza Duroc”, explican. Otras como Alcampo simplemente aseguran que cumplen con la normativa del etiquetado.
Todas ellas identifican el producto con un precinto de distinto color según la denominación de venta, siendo negro para los jamones de bellota 100%, rojo para los de bellota ibérico, verde para los de cebo de campo ibérico y blanco para los de cebo ibérico. Sin embargo, también es muy común encontrarse jamones en los supermercados sin este etiquetado.