Al menos eso creo yo: que a mi aspiradora no le duele cuando le cambiamos la bolsa o que el móvil no se ofende cuando nos enfadamos con la ruta del Google Maps. Si el avance de la inteligencia artificial no recupera su objetivo de mejorar la vida de las personas, en lugar de imitarlas, miedo me da que ciertas películas futuristas sean realidad y nuestros hijos o nietos terminen viviendo un mundo gobernado por máquinas. Pero seamos sinceros: las máquinas también fallan y, seguramente con ellas, seamos más comprensivos que con las personas.
Traslado el tema a la clase política: la confianza en las personas que dimos un paso al frente para intentar, desde distintos ámbitos, hacer la vida de los demás mejor, sentimos haber perdido respeto y confianza. Hay ingenieros, conductores, médicos, profesores… que cometen errores y no por eso caemos en la descalificación global de su colectivo. Sin embargo, no es difícil oír que “todos los políticos somos iguales.” Y no puedo estar menos de acuerdo porque no somos robots y n somos iguales. Somos muchos los que trabajamos honradamente, con vocación de servicio por mejorar nuestra sociedad. Perdiendo la confianza en la clase política, lo único que logramos es que España se impregne de populismo y que el griterío de la calle quiera hacerse con el poder.
Aquí en ALCOBENDAS, el Partido Popular ha logrado en estos años demostrar que es posible gobernar para todos, con honradez y transparencia, sorteando la crisis terrible que hemos vivido sin dejar de avivar el latido del enorme corazón de esta Gran Ciudad. Por eso hemos llenado de corazones Alcobendas: porque trabajamos con la gran mayoría de vecinos que quieren inteligencia, innovación, estabilidad y sentido común… sin artificios y con sentimientos de verdad.
Opinión de Marife Palacio/Concejal del distrito Urbanizaciones/Tribuna de La Moraleja/Mayo 2018
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