Por un lado, Esperanza Aguirre, actual presidenta del gobierno regional y principal favorita a repetir mayoría absoluta en la Real Casa de Correos. Por otro, Tomás Gómez, candidato del Partido Socialista y Gregorio Gordo, de Izquierda Unida. El debate se preveía interesante, no sólo por el formato cara a cara entre los aspirantes, sino por ser la primera vez que Gómez podía debatir con Aguirre, ya que hasta la fecha, el líder del PSM no tiene sitio en la Asamblea. El discurso de ambos no deparó sorpresas.
Aguirre se mostró segura y poco indecisa. Bajo una mirada fija y utilizando poco el papel, fue la que menos leyó, ofreció a los presentes datos y más datos sobre su gestión estos últimos ocho años. Habló de transportes, enarbolando los miles kilómetros de Metro realizados en ésta y en la anterior legislatura, exhibió el número de hospitales nuevos y el esfuerzo regional en este sentido. Además, expuso los datos de la Comunidad de Madrid en cuanto a empleo y situación laboral, comparándolos con la penosa situación del resto de España. La educación fue otra bandera enarbolada por Aguirre que defendió las medidas tomadas a cabo por su ejecutivo regional donde destacó la defensa de la Popular sobre el carácter bilingüe de la mayoría de centros educativos. Cómo no, Zapatero y sus menesteres fue otro tema central del discurso de la Presidenta. Acusó a Gómez de salir a la palestra defendiendo las políticas de Zp, “las que han hundido España”. Así mismo, demostró que ZP no ha invertido un solo euro en obra nueva en la Comundad en 8 años y sí lo ha hecho e otras comunidades donde gobiernan los socialistas y no el PP. En definitiva, estos ataques pusieron en un brete a Gómez, que trataba de salir por peteneras.
Tomás Gómez, Secretario General de los Socialistas Madrileños, se presentaba a este debate con la oportunidad de demostrar a los madrileños cierto empaque y coherencia en el discurso que lleva enarbolando desde hace no más de un año. Decimos esto por que no quedan restos del Gómez de la primera etapa, ciclo temporal en el que Zapatero era su guía de toda acción y iniciativa. Lo cierto es que desde las famosas primarias en el seno de la PSM , Gómez lleva intentando cambiar su registro aprovechando ese casual enfrentamiento con Zapatero y sus secuaces. La victoria que consiguió el ex alcalde de Parla contra el poder establecido parecía dar aire a este líder poco usual frente a a la todo poderosa Aguirre. Por estas razones y la inexplicable ausencia de Gómez en la asamblea, los socialistas esperaban este cara a cara como agua de mayo. El candidato socialista trató sin mucho éxito de poner contra las cuerdas a Aguirre haciendo referencia a la sanidad, defendiendo el copago y presentando una carta firmada por empresarios pidiendo a Aguirre soluciones rápidas antes del debacle sanitario. Aquí fue el único punto donde se vio nerviosa a la Presidenta. No se lo esperaba. Pero no hubo más. Gómez, aún estando mejor de lo que muchos se imaginaban, no pudo rebatir las acusaciones de su vinculación con Zapatero y sus polémicos negocios cando fue alcalde de Parla. Hoy en día y a pesar de que Zp haya dicho que se va y no sigue, su lastre amenaza con hundir todo el PSOE y Madrid no es una excepción.
Sobre la actuación de Gregorio Gordo, dos matices. El primero, lo fácil que es acusar sin enseñar prueba alguna de “Gobierno que da los negocios a amiguetes” al actual ejecutivo Regional. Lo segundo, la distancia que Gordo intentó mantener con su tradicional aliado socialista. Las encuestas tiene mucho que ver en esta actitud pues según los sondeos IU sube gracias al presunto descalabro socialista que van a traer las elecciones municipales y regionales.