El Ayuntamiento pretende que esta iniciativa sea un símbolo de vida y crecimiento, al mismo tiempo que se mejoran las zonas verdes de la ciudad con la plantación de robles.
Los niños y niñas nacidas durante el pasado año tendrán un árbol que sus progenitores plantarán en un espacio verde de la ciudad. En concreto, en la zona de la avenida Hayedo de Montejo, en la Dehesa Boyal, entre el bulevar Manzanares y la avenida Navarrondán.