“El presidente Sánchez ya no oculta que su principal objetivo político es conseguir las máximas cotas de poder personal, y para conseguirlo está utilizando cuántos medios necesite.
Las estrategias puestas en marcha desde la celebración de las elecciones del pasado 23/J son de una temeridad e irresponsabilidad inconcebibles.
El PSOE perdió aquellas elecciones y para conseguir la ilusoria mayoría de la que presume no ha dudado en utilizar métodos de grosero perfil populista que han encendido las alarmas en países de nuestro entorno y causado un profundo desasosiego en todos los españoles cuyos ingresos no dependan del César.
La ceremonia de compra de los votos que le faltaban para su investidura se recogerá en los libros de historia como el más flagrante caso de corrupción política dado en la Europa actual.
Ha permitido y aceptado que un grupo de delincuentes, a quien antes de las elecciones aseguraba iba a poner en manos de la Justicia, redacten el salvoconducto que les librará de pagar por sus delitos asegurándose, además, la eliminación del rastro de sus fechorías. Al tiempo que nos recuerdan, gracias a la impunidad garantizada, que lo volverán a hacer.
Pero la ley de amnistía no podía perder su condición de llave maestra que permita el acceso permanente a cualquier botín político que alimentara su poder. Tenía que asegurarse que la Justicia no se interpusiera en su camino.
Y para conseguirlo el camino es fácil: pondré a los míos en puestos clave, y como no va ser posible okupar todas las instancias judiciales, hagamos que los jueces sean controlados por el legislativo, el Parlamento, donde siempre conseguiré, pagando, anular iniciativas que se interpongan en mi camino.
Sánchez no sólo ha mentido a todos los españoles, con especial saña a sus votantes, haciendo exactamente lo contrario a lo que aseguró sería una prioridad. Sánchez quiere transformar la España que hemos construido entre todos convirtiéndola en un país populista en que las decisiones las toman los socios del gobierno: la extrema izquierda, los comunistas, y los independentistas que quieren destruir nuestra asentada realidad común.
Pero a Sánchez no solo le estorba la independencia de la Justicia. Le estorban millones de españoles, más de 13 millones en las últimas elecciones, que valoramos profundamente el País que hemos construido y que nos levantaremos siempre contra las dictaduras.
Sánchez quiere levantar un muro que separe a unos españoles de otros. Nos suena, ¿verdad? No lo va a conseguir. Somos una mayoría para impedirlo. Y no vamos a bajar los brazos”.
Si (
No(
