Realmente se preparaban unas estupendas vacaciones a nuestra costa.Así, se trasladó al reputado Hotel Ayuntamiento, tomó posesión de sus muchos servicios, espacioso despacho-suite, coche y chofer, maravillosas vistas, etc. Compuso una sonrisa permanente a lo "Joker" y se dispuso a tomar medidas para asegurar la confortabilidad de sus vacaciones pagadas.
Lo primero fue, naturalmente, tornar el color verde-campo del lugar por un más "chic" azul-club náutico o azul-gaviota, como han interpretado los castizos.
Luego se dedicó a montar inauguraciones, re-inauguraciones, incluso de servicios que ya venían funcionando con anterioridad, selectos cócteles un día sí y otro también, y para tener un buen recuerdo encargó al departamento de comunicación que le fotografiara de manera constante, de frente, de perfil, con amigos, con conocidos, con autoridades, en el Ayuntamiento, en las fiestas, en las inauguraciones... muchas fotos, miles de fotos para comunicar puntualmente cada SietedíaS la buena marcha de sus vacaciones pagadas, los lugares que visita, los amigos que hace y lo feliz que es.
Como es lógico, en vacaciones no se trabaja, ni se controlan las cosas. No queda tiempo para cumplir promesas, para atender compromisos que no sean festivos, para hacer planes a medio y largo plazo. Ni mucho menos para solucionar problemas ni formalizar compromisos.
En vacaciones se invita a los amigos-asesores a compartirlas, se aprovecha para entablar relaciones para el futuro, por si se pierden las próximas elecciones.
En vacaciones se puede frivolizar sobre la realidad económica municipal, para justificar el descanso vacacional, y luego sobran 15 millones de euros cuyo gasto no les ha apetecido gestionar, pues... pelillos a la mar.
En vacaciones no molesten.
El trabajo, las soluciones (si se nos ocurren), el ocuparnos de los problemas y necesidades de los vecinos y vecinas, como diría el Hermano Lobo: Auuuuuu! El año que viene, si Dios quiere.
Manuel Aragüetes
Portavoz Socialista del Ayuntamiento de Alcobendas