Los madrileños no disfrutarán este año ni de San Isidro ni de Los Veranos de la Villa y mucho menos de la Batalla Naval de Vallecas o de San Cayetano. Tampoco asistirán a las celebraciones de San Lorenzo, de La Paloma, de Los Mayos en Malasaña o a las que se concentran en el barrio El Pilar.
El Ayuntamiento de Madrid ha cancelado todas las fiestas de distrito que estaban fechadas en los próximos seis meses: de mayo a 31 de octubre.
La decisión que ha tomado este jueves el gobierno municipal responde a la situación actual del estado de alarma y a la falta de previsión. "No sabemos a día de hoy cómo se va a dar el confinamiento y la desescalada", ha explicado la vicealcaldesa, Begoña Villacís, durante la rueda de prensa posterior a la Junta de Gobierno.
Todas ellas son actividades que, por su propia naturaleza, "son focos de contagio al producir concurrencia y aglomeraciones" por lo que "no sería prudente que las mantuviésemos", ha insistido la vicealcaldesa, a la que acompañaba el alcalde Martínez-Almeida y la portavoz Inmaculada Sanz.
La capital perderá el ambiente festejo pero, a cambio, ganará en ayudas sociales. El presupuesto- que el Consistorio calcula en unos 4.100.000 euros- irá destinado a las políticas sociales, ya que en el último mes se ha donado lo que en todo un año. "Si en todo 2019 dimos unas 34.000 ayudas, solo en el último mes hemos tenido que conceder 33.514 ayudas alimentarias", señala Villacís.
Asimismo, todas las indemnizaciones por la cancelación de las fiestas serán abonadas por el Ayuntamiento y parte del presupuesto servirá para indemnizar los contratos que no puedan seguir como consecuencia de la cancelación de las fiestas. "Este Ayuntamiento sí hace frente a sus obligaciones contractuales", insiste.
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