Y lo peor es que ni siquiera los compran en las tiendas de la ciudad; a los comercios solo van a hacerse la foto semanal… pero a la hora de la verdad, el disfraz lo compran de manera online, para que cómodamente se lo lleven a casa en una caja, para así después dejar el cartón fuera del contenedor y hacer una foto para redes sociales bajo el título “Alcobendas está sucia”.
Se creerán que la ciudadanía les compra ese discurso. Los vecinos de Alcobendas son conscientes que siempre llevan el disfraz que “toca” en ese momento, un disfraz que es todo apariencia, pero que en su interior está vacío.
Creo que la política está fracasando, sobre todo, algunas dinámicas políticas que están perjudicando gravemente a la sociedad; esta situación de polarización absurda donde se juega a pegarse, no beneficia a nadie.
Alguien que no es capaz de presentar propuestas para los vecinos de Alcobendas, partidos políticos que no responden a emails o que por sistema se oponen sin argumentos… no es un partido político útil. Al final no representan a nadie, porque no trabajan para nadie.
Estamos viviendo un momento donde haga lo que haga el gobierno de la ciudad va a ser criticado, y aunque sepan que es bueno… les da igual. No debemos caer en manos de una política infantil, de una política que quiere gobernar a base de tuits ni de una manera de hacer política basada en el chantaje constante.
Durante estos años como concejal apenas ha venido ningún grupo político a sentarse para trabajar conjuntamente en propuestas en ninguna de las concejalías que dirijo: ni propuestas para las personas mayores, ni de Servicios Sociales, ni de familias ni de este Distrito Urbanizaciones. Cero aportaciones.
Criticar, meter miedo o mentir son algunas de las herramientas que se están utilizando para intentar conseguir un asiento en el ámbito público, porque en el privado, alguno no sabe ni por dónde empezar.
Trabajo, esfuerzo, escucha y coherencia son las herramientas que tanto mi equipo como yo estamos utilizando para hacer frente a las adversidades y a las nuevas realidades que afrontamos.
Aún están a tiempo de comprarse el disfraz de responsabilidad con la ciudad para estos Carnavales, y así, en los meses que restan, poder hacer propuestas realistas para mejorar la ciudad.