Pedro Sánchez ha definido su política como "progresista" con el objetivo de que los ciudadanos le identifiquen con el progreso. Sin embargo, los gobiernos de izquierda no siempre han logrado avances sociales significativos. La alternancia de gobiernos entre PSOE y PP ha mejorado la sociedad española en muchos aspectos, pero Sánchez está poniendo en alto riesgo la democracia con decisiones autoritarias, alianzas con independentistas y filoetarras, manipulación de tribunales y leyes y endeudamiento del futuro. Su único progreso es el personal.
Uno de los conceptos que más ha utilizado Pedro Sanchez para definir su política es el de proguesista.
Progresar se define como “avanzar, mejorar, hacer adelantos en determinadas materias”. La estrategia de su discurso es muy clara: conseguir que los ciudadanos le identifiquen con el progreso: aquellas medidas que adopte, sean las que sean, contarán con su beneplácito, YO estoy haciendo avanzar a la sociedad.
Es un planteamiento propio de los partidos de izquierda, que siempre han pretendido arrogarse en exclusiva la capacidad de mejorar el bienestar social. O nosotros, o el retroceso.
La Política, con mayúscula, ha conseguido significativos avances sociales a lo largo de los años. Pero en modo alguno han sido los gobiernos de izquierda los que más progreso han alcanzado. De hecho cuanto más radicales han sido esos gobiernos progresistas de izquierda, peor les ha ido a sus súbditos. Sobran ejemplos. Volvamos a Sánchez y su ADN progresista.
A lo largo de los mas de cuarenta años de democracia en España se han alternado en el gobierno el PSOE y el PP. Es incuestionable que la España de hoy es muy distinta a la de 1978. Las buenas iniciativas que los distintos gobiernos han puesto en marcha a lo largo de estos años han conseguido que en muchos aspectos nuestra sociedad sea hoy mejor. Más justa, más solidaria, económicamente más sólida, con mejores servicios públicos, sanidad, educación, infraestructuras, seguridad, etc., e indudablemente los derechos individuales y colectivos se han reforzado y protegido.
Siendo cierto que ha sido la suma de una serie de buenas iniciativas políticas la que ha propiciado los avances, no debemos olvidar que no todo ha resultado perfecto. Podríamos señalar una significativa lista de decisiones que nos han perjudicado de manera indudable.
Pero nunca como hasta la llegada de Sánchez al gobierno, la sólida estructura democrática que construimos entre todos, había sido puesta en alto riesgo.
¿Cómo podemos considerar avances, progreso, la larga e inacabada lista de disparates que Sánchez está ejecutando con el único fin de mantenerse en el poder?
No estamos, como estuvimos, ante las diferencias que distinguen a los partidos de centroderecha de los de izquierda a la hora de gobernar. No. Estamos enfrentados al talante autoritario de quien no conoce límites al ejercicio de una autoridad devastadora para España, que nunca anunció como programa de gobierno.
Está gobernando con independentistas, filoetarras y partidos que quieren destruir nuestro proyecto de España unida. Manosea los tribunales y las leyes para adaptarlos a la exigencia de sus socios. Elimina penas por delitos muy graves. Endeuda el futuro. Trata de borrar de nuestra historia la Transición.
Para Sánchez el único progreso que le interesa es el personal. Nuestros votos serán mas fuertes que su ego.