Cientos de vecinos de Alcobendas celebraron la noche de San Juan con música, talleres y gastronomía. La jornada incluyó un desfile de antorchas y culminó con el tradicional salto de la hoguera, donde más de 400 personas participaron en esta fiesta que simboliza renovación y nuevos comienzos.
Cientos de vecinos en Alcobendas vivieron ayer la noche más mágica y corta del año, la celebración de San Juan. Este evento ancestral representa la renovación, la luz y los nuevos comienzos, todo ello en un ambiente rodeado de fuego, música y tradiciones compartidas.
Desde las 19 horas, el recinto ferial del parque de Andalucía recibió a vecinos de Alcobendas de diversas edades, quienes comenzaron a llegar para disfrutar de una jornada especial. Esta actividad inició una hora antes de lo habitual, con la finalidad de facilitar la participación de familias con niños.
Los asistentes tuvieron la oportunidad de involucrarse en diferentes talleres, como el de chapas y maquillaje, así como en el fascinante taller de magia del bosque. Además, pudieron bailar al ritmo de la música que ofreció el DJ Yowi, quien animó a los presentes a saltar, cantar y divertirse hasta las 20:30 h.
Por otro lado, hubo casetas de diversas asociaciones para deleitarse con la gastronomía, así como una caseta institucional que albergó los talleres. Por su parte, Artistas del Pueblo organizó un especial Paseo de la Artesanía en honor a San Juan, el cual contó con una ambientación medieval. Además, la Xuntanza de galegos, que representa el verdadero espíritu de esta celebración en Alcobendas, preparó el tradicional Conxuro y la queimada.
A las 22 h, el escenario fue tomado por uno de los grandes referentes de la música celta, Bras Rodrigo. Posteriormente, se llevó a cabo el desfile de antorchas, que estuvo encabezado por la banda de los gaiteros más jóvenes de la Xuntanza. A lo largo de toda la jornada, el recinto fue recorrido por criaturas mágicas tanto del bosque claro como del bosque oscuro.
Cuando llegó la hora bruja, exactamente a las 24, el plato fuerte de la jornada comenzó: el salto de la hoguera. Más de 400 personas se unieron a esta celebración, disfrutando del momento mientras arrojaban al fuego todo lo negativo. Con la esperanza de que este acto purificador marcara el inicio de todo lo bueno, se entregaron plenamente a la experiencia.
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