Soy socio de este club desde más de treinta años. He disfrutado de sus instalaciones en todos los aspectos. He utilizado, las pistas de tenis, de pádel, de squash, así como la sauna, el gimnasio y, en menor medida, he jugado al Golf.
En estas circunstancias están muchos de los accionistas que compramos nuestra acción disfrutando de todos los servicios. Los años no perdonan. También, hemos sido testigos del derroche descontrolado de un club sin agujeros, donde se pagaban las acciones -si mal no recuerdo- a más de 90 mil euros. Los tiempos han cambiado y en la actualidad nuestras acciones cuestan poco más de 15 mil euros.
Y todo, con dos campos más, que, según muchos de los socios, -yo no he jugado nunca, porque vivo cerca de aquí y prefiero los de siempre- son de los mejores de Europa. Incomprensible, ¿verdad? Pues esta es la realidad actual.
No es mi intención levantar viejas heridas de todos conocidas. Una de ellas fue el desmesurado derroche de los anteriores dirigentes. Nunca hemos sabido donde se fue el dinero. Es agua pasada. El tema del chalé de los campos 3 y 4 está más que decidido. Mi decisión ha sido votar en contra. Pero la mayoría de la masa salarial ha aceptado la propuesta y como demócrata, lo acepto.
La propuesta, que no es mía y siempre ha tenido algún debate sin consecuencia alguna en este tipo de asambleas, es crear una nueva sociedad dentro de la misma. Segregar, por ejemplo, los nuevos campos. Es decir, mismos participantes, mismos servicios y misma cuota.
Esto daría opción a que los accionistas que utilizan ese servicio puedan vender o ceder una de las acciones a un hijo o nieto. Esa segunda acción serviría, exclusivamente para utilizar los servicios de los nuevos campos 3 y 4. También, la cuota, analizados los costes, es deducible de la cuota total. De esta manera, los socios que no utilizan estos campos, pagarían menos. No soy jurista, pero no veo mayor complicación para llevarlo a efecto.
Si (
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