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23 de febrero: Estamos peor que entonces

Imagen del momento que se dio el golpe de estado el pasado 23 de febrero
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Imagen del momento que se dio el golpe de estado el pasado 23 de febrero

Tomás Díaz Valdés

Por T. Diaz-Valdés
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tdiazvaldestribunadelamoralejacom/11/11/31
martes 23 de febrero de 2016, 13:59h

Me acuerdo como si fuera hoy. Tenía 35 años menos. A pesar del tiempo que ha pasado es algo que no olvido. Había gente que lo celebraba: otros, intentaban hacer las maletas para escaparse. Más vale prevenir que curar. Recuerdo como unos camiones sacaban docenas de cajas de la sede del sindicato UGT, cerca de mi casa. La alarma surgió cuando vi pasar aquellas furgonetas de color café de la Policía Nacional a toda velocidad con las sirenas puestas por la calle Concha Espina. Era un espectáculo......

Me acuerdo como si fuera hoy. Tenía 35 años menos. A pesar del tiempo que ha pasado es algo que no olvido. Había gente que lo celebraba: otros, intentaban hacer las maletas para escaparse. Más vale prevenir que curar. Recuerdo como unos camiones sacaban docenas de cajas de la sede del sindicato UGT, cerca de mi casa. La alarma surgió cuando vi pasar aquellas furgonetas de color café de la Policía Nacional a toda velocidad con las sirenas puestas por la calle Concha Espina. Era un espectáculo

La gente preguntaba. Yo me había ido a una presentación de una marca de automóviles. Alemana por más señas. El importador, familiar de un célebre jefe de la Gestapo nazi, comentaba: “Era lo que se esperaba. Los políticos son todos iguales” En mi caso me preocupaba relativamente. No tenía ideología política. Por lo tanto, la cosa no iba conmigo. Lo que había logrado fue a costa de trabajar y viajar por todo el mundo. A medida que transcurría la jornada vespertina, estábamos mejor informados. La Radio fue el medio estrella de comunicación. La televisión estaba emitiendo marchas militares.

Y me fui a la Plaza de Neptuno. En casa me dijeron que estaba loco. Pero no podía perderme ese hecho histórico. Allí estuve hasta primera horas del 24 de febrero. Vi llegar a las unidades de la Policía Militar en sus Land Rover de entonces –yo había conducido uno de ellos cuando preste el servicio militar-. Después me fui a casa. Decían que iba a hablar el Rey. Cuando lo hizo, todo se paralizó.

Más que un golpe de Estado fue una aventura de unos patriotas que temían la disgregación de España. No era lo de hoy, que es bastante peor. Pero fue un ejemplo para los políticos de entonces; lo de ahora, aprovechan la desconsideración del ejército. En resumen, la situación es bastante más caótica que entondes.

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