Según informan fuentes del consistorio, esta rigurosa inspección se centrará en aspectos referentes a las calidades higiénico-sanitarios de los locales, el almacenamiento de alimentos no perecederos y las cámaras de conservación, además de la información y documentación obligatoria en materia de consumo y salud (entre ellas el seguro de responsabilidad civil del establecimiento, hojas de reclamaciones y cartel anunciando su existencia).
Otro referente de este programa es propiciar que se de la información al consumidor de los precios de los productos y servicios, la emisión correcta del tique del servicio prestado, el certificado de desinfección y desratización y la acreditación de formación de los manipuladores de alimentos.
Según la normativa vigente, la responsabilidad y control en el cumplimiento de las normas de seguridad de los alimentos corresponde a quienes elaboran, distribuyen o comercializan los productos, estando prohibido comercializar alimentos inseguros.
De este modo, los establecimientos de restauración deben garantizar y ofrecer al consumidor una información correcta de los diferentes productos y servicios que prestan, debiendo tener actualizada la información en materia de precios y facilitando al consumidor las hojas de reclamaciones cuando las soliciten.