Las pistas de fútbol sala, con canastas incorporadas, ubicadas en la calle Azalea, son las únicas dos pistas municipales que tienen a su alcance los más de 20.000 vecinos que residen en esta parte de Alcobendas. Hasta aquí, todo bien. Lo que ocurre es que si un vecino quiere utilizar estas instalaciones de acuerdo a los formalismos, de manera legal, ya sea de noche, con luz o sin ella, se encuentra con un tipo de reserva ancestral basado en criterios poco entendibles. Son muchas las personas que no entienden por qué la Entidad del Soto no se hace responsable de la gestión y alquiler de las pistas deportivas. Varias son las razones de este argumento: la primera de las esgrimidas para pedir un cambio en la titularidad de la gestión es la cercanía.
Al estar la sede de la Entidad pegada a los recintos deportivos, sería comprensible que se pudiera alquilar este servicio municipal desde este edificio. La segunda es la presencia las 24 horas del día de un miembro de seguridad en el interior de la sede de la Entidad. Evidentemente, el alquiler estaría supeditado a un horario y lo único que tendrían que hacer desde la Entidad es abrir y cerrar las pistas, además de apagar y encender la luz. Lo que ocurre es que todas estas ideas están en el limbo, pues los estatutos de la Entidad no lo contemplan, y para hacerlo tendrían que cambiarlos, y para hacerlo exige un remanente para dar este servicio.