Nada de nada. Ni medidas varias, ni puntuales: el caos circulatorio ha vuelto al distrito desde que ha arrancado la actividad escolar en los colegios. Parece que el enorme esfuerzo que realizó el ayuntamiento la legislatura pasada no sirve para nada. Atravesar la rotonda de Paseo de Alcobendas con Camino Ancho es una odisea. Circular por la calle Azalea en dirección Paseo de Alcobendas exaspera la paciencia de más de uno. Peor incluso si por despiste, uno decide coger Avenida de Bruselas para conectar, o bien con la calle Anabel Segura o bien con la calle Margarita. Esto es otro desastre.
Y eso que desde la Delegación de Seguridad Ciudadana se envían cada día casi diez policías para regular el tráfico en dichas zonas y para, supuestamente, perturbar a los coches que entran y atraviesan las calles del distrito para llegar a sus puntos de trabajo. También esta iniciativa está en entredicho ¿Cuántos coches menos entran en el distrito? ¿Dónde están esos datos? ¿Son fiables? La realidad es la que es y no es otra que una congestión inadmisible en cualquier entrada o salida del distrito a las horas punta, no acorde con zonas residenciales como lo son las urbanizaciones de Alcobendas.