La revolución de las bases que pretende José María del Nido empieza hoy a las doce en el antepalco del Ramón Sánchez Pizjuán. O eso sueña el presidente del Sevilla, que ha invitado a su casa de Nervión a 17 entidades de Primera División. Como mínimo, estarán once. La cumbre tiene orden del día, pero si los clubes se reúnen hoy en Nervión es, especialmente, por el reparto del pastel televisivo. El último contrato firmado en noviembre e impulsado por Barcelona y Real Madrid establece el siguiente orden: los dos grandes se reparten el 34 por ciento (17 por club) de los ingresos, Atlético de Madrid y Valencia se quedan con un 5,5 por ciento cada uno y un 11 por ciento se destina a los clubes de Segunda. El porcentaje restante (excepto el uno por ciento de fondo para paliar los daños de los descensos a Segunda) se repartiría entre los demás equipos de Primera según diferentes criterios. Sevilla, Athletic, Villarreal, Espanyol, Zaragoza y Málaga se desmarcaron del acuerdo y, además, el Atlético de Madrid ha mostrado en los últimos tiempos ciertos reparos. El acuerdo le garantizaba una posición de favor respecto a clubes como Sevilla o Athletic. Sin embargo, en el Manzanares sospechan que Jaume Roures, la mano que mece la cuna televisiva, adelanta a Real Madrid y Barcelona partidas de 10 millones de euros anuales procedentes del fondo común.
Así, Del Nido podría haber encontrado en el Atlético el mejor aliado para poner en marcha planes que tiene en mente y que ha discutido durante meses con Manuel Llorente (Valencia), Gil Marín o los Roig (Villarreal). La idea es ir a un sistema de venta centralizado de derechos de televisión, una bolsa común en la que también irían a parar los ingresos de Real Madrid y Barcelona.
La reforma en el reparto de derechos televisivos es una de las patas de la profunda reforma que algunos clubes opinan que debe producirse en la LFP, cuyos estatutos se podrían reformar si hay quórum con una mayoría de dos tercios. Hoy también se planteará la división de la Primera y la Segunda División. Para encontrar la complicidad de los clubes de la categoría inferior se les concedería un siete por ciento del contrato común de televisión además de la posibilidad de que cada uno negociase por su cuenta el mejor acuerdo para sus intereses.