Reforma exprés, trámitación exprés. La inclusión del límite del gasto público en la Constitución comienza hoy un fugaz camino por el Congreso que culminará, si no hay cambios drásticos, el viernes con su aprobación definitiva. Y una semana después, en el Senado.
El texto -que no incluye una cifra concreta para limitar el gasto público, sino que será una ley orgánica la que lo fije- ha sido acordado por el PSOE y el PP y no será sometido a referéndum, como piden otros partidos, sindicatos o movimientos sociales como el 15-M. El espíritu del contenido, las formas y la negativa a someterlo a una consulta provocaron, días atrás, críticas entre los socialistas. Sin embargo, ayer, en una triple cumbre hubo un cierre de filas en torno a lo "imprescindible" de la reforma para convencer a los escépticos para mantener la disciplina de voto y limar asperezas entre los socialistas. Habrá que ver hoy si todos obedecen o si alguno más se suma a la anunciada disidencia de Antonio Gutiérrez. Dos senadores del PSE también han anunciado que votarán en contra cuando el trámite llegue a la Cámara Alta.
La iniciativa avanzada por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, el pasado martes ha sido tramitada por el procedimiento de urgencia ya que de no hacerse así, acortando todos los plazos, no habría tiempo para aprobarla antes de la disolución de las Cortes, el 27 de septiembre, tras la convocatoria electoral del 20-N. Por ello, y tras el acuerdo también en tiempo récord alcanzado entre PSOE y PP, ambos grupos registraron la propuesta de reforma en el registro del Congreso el pasado viernes.