Adictos al alcohol y a las drogas, delincuentes ocasionales o asociales, es decir, aquellos que proyectan en la conducción su desdén hacia la sociedad. Los criminales de tráfico encajan en uno de estos tres perfiles, según los datos de un proyecto piloto de la Fiscalía de Seguridad Vial y el grupo de criminología de la Universidad Miguel Hernández (Elche). El trabajo está basado en dictámenes periciales de conductores infractores multirreincidentes, y de aquellos que cometen delitos muy graves. "La figura más difícil de valorar es la del bebedor habitual, que no es alcohólico" pero "incide sistemáticamente en delitos de conducción embriagada", explica el fiscal de Sala de Seguridad Vial, Bartolomé Vargas.