No es un día cualquiera en la agenda política y empresarial de Castellón. Este viernes, 25 de marzo culmina, inicialmente, una etapa de proyectos, obras, promesas, conflictos, rencillas políticas y hasta ajustes económicos de una década, desde que por primera vez el presidente del PP de Castellón y de la Diputación castellonense, Carlos Fabra, anunciara la proyección de un aeropuerto con todas las letras para esta provincia. Este viernes es el día de la inauguración del aeropuerto de Castellón, unas instalaciones que gestionará la empresa de titularidad autonómica y provincial Aerocas tras una década en proyecto y una inversión de 151 millones de euros.
A un radio de 50 kilómetros de cualquier punto de la provincia de Castellón, el aeropuerto se ubica concretamente en la comarca de la Plana Alta, entre los municipios de Vilanova de Alcolea y Benlloch. Ocupa una extensión de 542,3 hectáreas de ambos municipios, especialmente de Vilanova, con una pista cuyas dimensiones alcanzan los 2.700 metros de longitud y 43 metros de anchura, amén de un parking para las aeronaves de 70.000 metros cuadrados y una terminal de pasajeros de 9.600 metros cuadrados repartidos en dos plantas.
Pese a ser este viernes el gran día, es una jornada agridulce para todos los asistentes, puesto que los múltiples avatares de este último año, que se explican por la falta de liquidez de las instituciones además de por el eterno enfrentamiento y rivalidad entre PP y PSOE, obligan a una inauguración a medias. Y es que en el acto de este 25 de marzo, se dan por terminadas las obras, aunque ello no se traduce en el inicio de la actividad diaria en la terminal de Castellón, al faltar todavía trámites burocráticos.