Paciencia, al límite

Y lo que es peor, las dificultades que tendrá que superar España serán incluso mayores que las afrontadas por otros países europeos por la propia estructura de la economía nacional. En un contexto donde las empresas están siendo muy castigadas y con una incertidumbre que están frenando las reservas para Semana Santa, cuando hasta hace unas semanas iban ya a un ritmo precovid.

No obstante, los hoteleros son bastante más cautos a la hora de hablar de cifras, pues todo va a depender de cómo evolucione la situación generada por la guerra, incluyendo la huelga del transporte y la subida de precios (especialmente de los carburantes. Todo ello está generando bastante incertidumbre entre los consumidores, de ahí que muchos estén esperando a última hora para decidir si viajan o no.

Aún con esto, el sector hotelero prevé mejorar los resultados de la Semana Santa de 2021, pues al menos la pandemia parece estar estabilizada y, con el grado de vacunación actual, la preocupación por el coronavirus ha ido a menos y la covid-19 ya no supone un freno para la mayoría de la gente a la hora de contratar un viaje.

Aunque la realidad parece otra, a primeros de mes nos despertábamos con la noticia de la inflación en nuestro país con unas cifras que no habían estado tan altas desde 1985, por lo que todos los españoles somos casi un 10 % más pobres que el año anterior. Todo ello se traducirá en una cesta de la compra más cara, la gasolina por la nubes, el gas ni te cuento y la luz en unas cifras prohibitivas. Esto tiene que explotar por algún lado y no con el maldito botón que tiene el impresentable de Putin, pero de alguna manera, pasará. La paciencia de los ciudadanos parece que no tiene límite, mientras que la calle sigue secuestrada por las subvenciones a los sindicatos. Tenemos lo que nos merecemos.

Pero estamos en primavera y en cuanto a lo local, vivimos en unas urbanizaciones que animan a pasear por ellas, nuestros jardines y parques se llenan de un colorido que animan a disfrutar.

El mes pasado se cumplieron dos años del peor momento de mi vida. La pandemia me arrebató a mi querido padre.

Nunca me olvidare de la frase que me decía “EL JEFE” sobre los políticos: “No te fíes de ninguno, que sus palabras se las lleva el viento y si te he visto no me acuerdo”, que gran razón tenías Papa.

Sigo esperando el reconocimiento a mi padre que el Ayuntamiento me dijo que iba a hacer por su gran labor. Una llamada sin sentido, una promesa vacía... Como dijo mi padre: "Las palabras se las lleva el viento".