Hasta cuatro jugadores por encima de los 10 puntos; hasta ocho hombres por encima de los 10 de valoración. Este Madrid posee una artillería incontenible, desatada con el viento a favor, que barrió al Efes turco para sellar su tercera victoria en lo que va de competición, la segunda alcanzando la frontera de los 100 puntos. En un elogio del carpe diem, el conjunto madridista ha declarado el estado de optimismo y cuenta sus encuentros como local por sucesivas fiestas en comunión con sus aficionados. Esta también estuvo liderada por su artificiero infalible: Jaycee Carroll.
Siguiendo el guion habitual, los hombres de Laso arrancaron efervescentes, elevando la intensidad y las revoluciones del encuentro a base de brío y contragolpes. Apoyándose en la firmeza defensiva y la buena mano de Mirotic (nueve puntos, sin fallo, y dos rebotes al descanso; 17 y cinco al final), en el polivalente despliegue de Suárez y en los puntos de Rudy, los blancos firmaron un contundente parcial de 16-4 para dar la bienvenida a un visitante de cuidado. El Efes llegaba a Madrid con un enigmático expediente. En este comienzo de Euroliga había sido capaz de asaltar las canchas de Belgrado y Milán, al tiempo que perdía sus dos partidos como local, ante el Charleroi y el Maccabi. Pero el primer cuarto desmintió su fiereza fuera de Estambul y acabó abrumado ante la batería madridista.
Tras su lánguida puesta en escena, el conjunto turco recurrió a su amplio repertorio. Presume este año de fondo de armario Ufuk Sarica. Atendiendo al fracaso de la temporada anterior y a su condición de anfitrión de la Final Four de este curso, los gestores del Efes acudieron el pasado verano al mercado de fichajes con dinero y voracidad y cimentaron un bloque lustroso con varios exjugadores de la Liga española. Tunçeri e Ilievski se alternaban en la dirección, Ilyasova, Barac, Savanovic y Batista se repartían los minutos en la pintura., pero con ninguna de las combinaciones el equipo turco acababa por asentarse en el encuentro. Tampoco Vujacic encontraba la tecla.
El esloveno que ha regresado a Europa con dos anillos tras siete campañas en la NBA, apenas aportó dos puntos en el primer tiempo (ocho al final). Destemplada su principal estrella, el Efes sufría para agarrarse al partido. El Madrid se manejaba con comodidad con una ligera ventaja que rondaba los seis u ocho puntos. Pero Carroll se sumó a la misión dando una vuelta de tuerca. Su gatillo, sin parangón en lo que va de competición europea, descosió al Efes a un ritmo trepidante. Con 11 puntos en 10 minutos, en el primer tiempo, el artificiero madridista acreditó su estado de gracia. El escolta estadounidense llegaba a la cita con el mejor promedio de puntos por minuto de la competición (0,89) y con la escarapela de mejor triplista (14 de 20 para un 70% de acierto) y decidió dar lustre a semejante hoja de servicios. Firmó 19 puntos con 4 de 4 en triples. Una exhibición de puntería y destreza.