Los meses de julio y agosto han dejado en Euskadi una cifra de apenas cinco actos de violencia callejera, ninguno de ellos calificado como grave. Estos números animaron ayer al consejero de Interior, Rodolfo Ares, a declarar solemne: “La kale borroka ha desaparecido de nuestros pueblos y ciudades”. En una rueda de prensa en Bilbao con la que hizo balance de las intervenciones realizadas por Interior en las fiestas de estos dos meses, el máximo responsable de Interior calificó este verano como “histórico” por ese bajo nivel de conflictividad. En el verano de 2009, el primero con los socialistas en Ajuria Enea, la Ertzaintza registró 53 episodios de violencia callejera, diez de ellos como graves.
En 2010 ya se produjo un descenso, con 35 actos de kale borroka, cinco de gravedad. Este año solo se han constatado cinco y ninguno estaba revestido de gravedad. Se trató, detalló el consejero, de “episodios aislados” de quema de contenedores y destrozo de mobiliario urbano. Los enfrentamientos por las órdenes dictadas por Interior prohibiendo manifestaciones o modificando su recorrido también han desaparecido, agregó. Los cambios de recorrido de las marchas de este mes a favor de los presos en Vitoria y San Sebastián durante sus fiestas, por ejemplo, fueron cumplidos por los “radicales abertzales”, dijo