La Bolsa, convertida en una montaña no apta para inversores que miran fundamentales y utilizan la lógica, despierta, como era previsible, con fuertes subidas, próximas al 3% y recupera la cota de los 8.000 puntos. El batacazo de la jornada anterior por los rumores de que Francia podría perder su rating ha dejado muchas gangas que hay que aprovechar. Y como también era previsible, una vez tomadas las posiciones, el tirón pierde fuerza.
El resto de plazas europeas también amanece con repuntes superiores del 2%. Destaca la banca francesa, muy castigada en la víspera. Société Générale, que ayer se dejó un 15% después de que el mercado advirtiera sobre su fuerte exposición a la deuda -extremo desmetido por la entidad-, recupera la mitad de lo perdido. De momento, las subidas se sostienen con mayor o menor contundencia a la espera de la apertura de Wall Street, que ayer volvió a cerrar con otro desplome, tras el calentón de la víspera.
El que no para de escalar es el oro, que marca un nuevo récord: 1.800 dólares la onza. Convertido en un valor refugio, el metal precioso se ha revalorizado 200 dólares.