Ante el temor a un aumento de los niveles de radiación en Tokio la comunidad internacional ha comenzado a tomar todo tipo de medidas para prevenir las consecuencias impredecibles de una eventual catástrofe nuclear. Varias compañías aéreas han cancelado vuelos, empresas multinacionales han evacuado a sus trabajadores, los Gobiernos recomiendan a sus ciudadanos salir de las zonas afectadas, e incluso embajadas enteras se trasladan de la capital al sur del país. Desde entidades como BNP Paribas y Morgan Stanley, hasta multinacionales como BMW y Continental, están evacuando a buena parte de su personal de Tokio y trasladándolo sobre todo a Nagoya u Osaka, o bien sacándolo fuera del país.
Entre los Gobiernos también ha comenzado a cundir el pánico. Estados Unidos ha anunciado esta madrugada que enviará un avión para ayudar a sus ciudadanos a salir de Japón, y ha autorizado a los miembros de la Embajada a dejar el país si lo desean. Rusia ha puesto en marcha un plan de evacuación de los familiares de sus diplomáticos. Mientras tanto, Austria decidió llevar su embajada temporalmente a Osaka. Otras misiones diplomáticas como la francesa, alemana, italiana u holandesa aconsejan a quienes no tengan asuntos "esenciales" en Tokio abandonar la ciudad e incluso salir del país de ser posible. La Embajada de EE UU ha pedido a sus ciudadanos que se trasladen al menos a 80 kilómetros de la planta atómica de Fukushima.