La limpieza y la salubridad de nuestras calles son, a menudo, el reflejo más visible del civismo y del respeto que una comunidad se tiene a sí misma. No se trata únicamente de una cuestión estética: hablamos de salud pública, de convivencia vecinal y de la imagen que proyectamos como ciudad. Alcobendas siempre ha destacado por ser un municipio moderno, innovador y comprometido con el bienestar de sus vecinos. Y por eso, debemos seguir dando pasos firmes hacia un modelo de ciudad sostenible, segura y saludable.
“Uno de los problemas que más afectan a la percepción de limpieza urbana, y que más quejas ciudadanas genera año tras año, es la presencia de excrementos caninos en la vía pública. Pese a los esfuerzos realizados por distintas corporaciones municipales, las campañas de concienciación y la instalación de dispensadores de bolsas, todavía hay propietarios que no cumplen con su deber básico: recoger las heces de sus mascotas.
No es una cuestión menor. Los excrementos en las calles suponen un riesgo sanitario, especialmente para los niños que juegan en parques y zonas verdes, además de dañar la imagen de una ciudad que aspira a la excelencia
Desde Futuro Alcobendas Ciudadanos creemos que ha llegado el momento de implantar una medida que ha demostrado ser eficaz, moderna y equitativa en numerosas ciudades españolas y europeas: el Registro Municipal de ADN Canino.
Este sistema consiste en recoger una pequeña muestra de ADN de cada perro -normalmente mediante un hisopo bucal, indoloro y rápido- que se asocia a una base de datos municipal. Si se encuentra un excremento en la vía pública, se analiza su ADN y se identifica de inmediato al animal y, por tanto, a su propietario. De este modo, se garantiza la aplicación justa de las ordenanzas municipales y se pone fin a la impunidad que durante años ha afectado a este problema.
Algunos podrían pensar que esta medida es excesiva o compleja, pero la realidad demuestra lo contrario. Ciudades como Málaga, Mijas, Xàtiva o Zaragoza ya lo han puesto en marcha con excelentes resultados: la cantidad de excrementos en la vía pública ha disminuido de forma notable y los vecinos valoran muy positivamente la iniciativa. En Málaga, por ejemplo, los informes municipales señalan reducciones de hasta el 70 % en la suciedad relacionada con mascotas en menos de un año.
Además, este registro no solo tiene beneficios en materia de limpieza. También contribuye al bienestar y la seguridad animal. Gracias a la identificación genética, se facilita la recuperación de perros perdidos o robados, se combate el abandono animal y se mejora la trazabilidad en casos de maltrato. Es una herramienta que ayuda tanto a los vecinos responsables como a la administración pública.
En Alcobendas, donde existe una gran población canina y una sensibilidad creciente hacia la convivencia y la sostenibilidad, esta medida es especialmente oportuna. Queremos que nuestra ciudad siga siendo un ejemplo de innovación y civismo. Por eso, desde Futuro Alcobendas Ciudadanos llevamos una moción a este pleno para implantar el Registro Municipal de ADN Canino y acompañarlo de una campaña informativa previa, para que todos los propietarios comprendan su funcionamiento, sus beneficios y los plazos para inscribirse.
También proponemos actualizar la ordenanza municipal de tenencia de animales para incluir la obligatoriedad del registro y las sanciones correspondientes en caso de incumplimiento. Y, por supuesto, coordinar el proceso con las clínicas veterinarias locales, para que la inscripción sea cómoda y accesible para todos los vecinos.
Sabemos que las normas son más efectivas cuando van acompañadas de información y concienciación. Por eso insistimos también en la necesidad de desarrollar campañas de civismo, recordando que tener una mascota implica derechos, pero también responsabilidades. Amar a los animales es incompatible con ensuciar el espacio común o poner en riesgo la salud de los demás.
Este registro no pretende perseguir ni castigar, sino educar, prevenir y proteger. Su finalidad no es sancionar, sino generar un entorno donde todos -personas y animales- convivamos en armonía. Y, sobre todo, evitar que la falta de responsabilidad de unos pocos empañe el esfuerzo de la mayoría de propietarios que sí cumplen.
Cada excremento recogido es una molestia menos, un riesgo menos y una señal de respeto hacia nuestros vecinos. Pero cada excremento que no se recoge es una mancha -literal y simbólica- en la convivencia. Y la convivencia es sagrada.”