Desde primeras horas de la tarde una unidad de la policía municipal de Madrid estacionó en el parque situado en el Camino del Cura con el objetivo de controlar los menores que iban llegando a la localización. La finalidad de la Policía era que no se produjeran los actos vandálicos de años anteriores. En este sentido, y como hemos denunciado desde La Tribuna, tanto en 2015 como en 2014 esta zona geográfica del Encinar se convirtió en una especie de “fondo sur” de un campo de fútbol donde no faltaron bengalas, petardos, peleas, alcohol a raudales y por ende, algún que otro coma etílico. Para montar su “fiesta” particular los menores se aprovechan de la singular condición de esta calle pues una acera corresponde al término municipal de Madrid y la otra al término municipal de Alcobendas. Su pillería llegaba a tales extremos que en cursos pasados se iban cambiando de acera según qué Policía Municipal llegaba.
Ante esta situación y en base a la experiencia adquirida, las Policías Municipales de ambos términos municipales pusieron un plan coordinado para que estos actos vandálicos no volvieran a suceder. Los menores llegaron otra vez en masa a la localización y la Policía lo sabía pues parte de la “quedada” se había realizado a través de las redes sociales. El buen hacer policial evito otro Halloween vergonzoso en el Encinar a pesar de que el nutrido grupo de jóvenes estuviera en dicho parque celebrando la noche de los muertos vivientes.
También y con el objetivo de minimizar estas actuaciones vandálicas, la mayoría de establecimientos del centro comercial del Encinar decidió poner todo tipo de trabas, dentro de la legalidad, para que estos grupos de jóvenes no consumieran en sus locales. Además, la dirección de la superficie comercial controlo el acceso al mismo de los jóvenes.
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