Adios a un icono en la historia del cine

Alrededor de 52.000 millones de euros tuvieron la culpa de que el conglomerado Fox pasara bajo el manto de Walt Disney Company, una compañía que en los años ochenta estuvo al borde de la quiera. Fue el sobrino de su fundador, Roy Disney, quien logró reflotarla y vive ahora sus momentos de mayor esplendor. Pero no ha sido el cine quien ha tenido la culpa, aunque sea el sector más damnificado. La televisión ha ejercido de reclamo, y junto a ella, el universo Marvel.

Del conglomerado de súper héroes más populares que maneja la editorial solo queda fuera del dominio de Disney el joven Peter Parker que continúa dependiendo de Sony, el gran emporio japonés que adquirió en su día Columbia y que hasta última hora estuvo peleando codo con codo para quedarse con Fox. Spider-Man lejos de casa es la última gran aventura del hombre araña, quien se ve de vacaciones en Europa, encarnado por Tom Holland, donde no tendrá descanso y habrá de recurrir a sus fantásticos poderes.

No es la única secuela que ayudará a refrescarnos este verano, ya que se anuncia para el próximo agosto una nueva entrega de Fast & Furious, franquicia que mantiene a sus incondicionales desde el primer momento. Esta vez nos presenta un spin-off centrado en los personajes de Hobbs y Shaw. La presencia al frente del reparto de Dwayne Johnson y Jason Statham asegura un éxito incontestable. También regresa Gerard Butler para salvar la Casa Blanca en Objetivo: Washington DC, y los Angry Birds presentan su segunda aventura en pantalla grande dirigida fundamentalmente a los más pequeños. Disney no se queda atrás y ofrecerá un remake El rey león. Todo sea por la pasta.

Con el cine en español, tanto nacional como rodado en Sudamérica, destaca lo último de Quentin Tarantino: Érase una vez… en Hollywood. Probablemente sea su película menos personal y cuyo guion no muestra la calidad de las propuestas anteriores. En esta comedia negra que ahonda en el thriller, centrada en los años 60 cuenta el aliciente máximo es el de dos primeras espadas. Nada menos que Leonardo DiCaprio y Brad Pitt en un duelo interpretativo en el que dan vida a la estrella de un western televisivo y su doble.

Hablábamos de productos en español y ahí están Los Japón para darnos marcha. La comedia es lo que mejor funciona gracias al tirón de sus protagonistas. Como ejemplos, Lo nunca visto, con Carmen Machi, y Yo, mi mujer y mi mujer muerta, con Óscar Martínez y Carlos Areces. Para los primeros días de agosto las taquillas reventarán con Padre no hay más que uno, responsabilidad de Santiago Segura, que protagoniza esta comedia convertido en un marido-cuñao. Ojos negros nos demuestra que Teruel existe, y lo nuevo de Paco Plaza, Quien a hierro mata, protagonizada por Luis Tosar, verá la luz el último día de septiembre.

También Juan José Campanella regresa al séptimo arte con El cuento de las comadrejas, una nueva versión de Los muchachos de antes no usaban arsénico, pero con la calidad a que nos tiene acostumbrado el argentino. Su valor fílmico solo podría ser superado por El despertar de las hormigas, una valiosa curiosidad procedente de Costa Rica.

Hay otras propuestas interesantes este verano, como la turca El peral salvaje. Un drama íntimo que, ojo, dura poco más de tres horas. Especialmente recomendada, por tanto, para los días de calor excesivo. Sin embargo, es el género documental, muy en alza durante los últimos meses, el que presenta más novedades apasionantes: Varda por Agnès, con el cine dentro del cine, una visión sobre Diego Maradona, Hamada, Apollo XI, y las referencias a Ingmar Bergman y Orson Welles representan lo más destacable de julio. En agosto será el turno de Buster Keaton y de Harvey Weinstein, el todopoderoso productor caído en desgracia y que con sus actos dio paso al Me too.