“Es consecuencia del despilfarro de los anteriores gobernantes -dice el alcalde- cuyo responsable no es otro que Manuel Aragüetes”. No ha podido ser más claro. Según el comunicado oficial, se han incrementado un 42 por ciento los impuestos; un 34 por ciento, la recaudación per cápita; un 22 por ciento la presión fiscal; un 12 por ciento la presión impositiva; y un diez por ciento, el esfuerzo fiscal. En suma, que el Ayuntamiento, a pesar de todos estos aumentos en los ingresos, está en números rojos.
Esto es lo que ha reflejado la auditoría encargada por el actual equipo de Gobierno, como había prometido en su campaña electoral. Quieren la más absoluta claridad en la gestión administrativa. Pero antes de cumplimentar su programa era obligado conocer la herencia de los anteriores administradores.
A pesar de este déficit, el Gobierno que preside Ignacio García de Vinuesa va a mantener lo prometido en su campaña: congelar las tasas y los precios públicos, suprimir la tasa de residuos urbanos, bajar el gravamen IVT de vehículos y reducir un 50 por ciento el nuevo valor catastral para el cálculo de la base imponible del valor de la propiedad urbana.
Al parecer el equipo gobernante debe tener una varita mágica para poder cumplimentar su promesa. ¿Cómo es posible que con ese déficit pueda reducir y bajar los impuestos mejorando los servicios al ciudadano? La respuesta del Sr. alcalde fue clara: “Esta no es la ciudad próspera que nos había venido, sino todo lo contrario. Han despilfarrado todos los recursos disponibles, que son muchos. Y no comprendo cómo teniendo los recursos que tiene Alcobendas se han endeudado de tal manera. Los ciudadanos, no obstante, pueden estar tranquilos”.
En esta tranquilidad que transmite o intenta transmitir Ignacio García de Vinuesa, que en cierta forma preocupa al ciudadano, la solución está en la gestión administrativa. En no convertir el Ayuntamiento en una oficina de empleo de los amigos y vecinos, sino en el de una empresa que tiene un equipo de eficientes funcionarios y en la contención de los gastos superfluos que los hay, y muchos...
Una de las deudas más significativas es la de la expropiación indebida de unos terrenos. Un hecho que le va a costar al Ayuntamiento más de 50 millones de euros y que tiene que pagar antes del mes de abril del próximo año. Dichos terrenos, están ubicados en el norte de la ciudad, frente a la Universidad Autónoma de Madrid. El nuevo equipo de Gobierno, que asistió en pleno al acto, está estudiando la forma de cancelar esta deuda, como sería la de devolver los terrenos. El resto, hay tiempo, con una buena gestión de poner las arcas municipales en números negros.
El alcalde, lo repitió una y otra vez: “Confío en estos funcionarios, auténticos profesionales, que si no hubiese sido por ellos, habría sido un desastre. Afortunadamente, estos magníficos profesionales les han salvado los muebles. Felicito a todos ellos por su enorme profesionalidad”.
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