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Marta Ortega se casa el sábado con Sergio Álvarez

Una boda al estilo Inditex: enigmática, sobria, impenetrable

miércoles 04 de junio de 2014, 13:55h
Una boda al estilo Inditex: enigmática, sobria, impenetrable
La ceremonia se atendrá al tradicional estilo Ortega, sencillo a la par que discreto (por no decir impenetrable). Un hombre que tiene en el banco alrededor de 21.000 millones.

No será exactamente uno de esos enlaces que anuncian los amigos en los pasos elevados o en las farolas –“Marta y Sergio ¡se casan!”-, pero tampoco va a ser una de esas bodas del siglo que convocan a miles de personas en la entrada de una catedral o a millones ante las fotos en cuché de los protagonistas, novios e invitados. Marta Ortega, hija del fundador de Inditex, Amancio Ortega, se casa el sábado en una de sus casas, el Pazo de Drozo (Anceis, Cambre), con Sergio Álvarez Moya, en una ceremonia obviamente por todo lo alto, pero no tanto como correspondería a la posición del padre de la novia, la séptima fortuna del mundo.

Consecuentemente, la ceremonia se atendrá al tradicional estilo Ortega, sencillo a la par que discreto (por no decir impenetrable). Un hombre que tiene en el banco (es un decir) alrededor de 21.000 millones de euros (más de los que suman en total los nueve que le siguen en la lista de ricos de España, según Forbes) y que cualquier coruñés se puede encontrar paseando, viendo al Dépor en Riazor o en la fila de atrás en el cine. Viendo J. Edgar en una de las sesiones de tarde de multicine en centro comercial hace dos domingos, por ejemplo. Pero nunca se ha dejado ver en las que fueron, y en parte todavía son, sus actividades profesionales, y que únicamente ha sido fotografiado en público en los concursos en los que participa Marta en Casas Novas, su centro hípico.
Tampoco los novios han crecido en las portadas de las revistas. Marta Ortega Pérez (Vigo, 1983) estudió primero en un colegio concertado y después Empresariales en la Universidad de A Coruña, sin más sofisticaciones formativas que un curso en la European Business School de Londres. Hace cinco años, cuando ya era vicepresidenta de dos compañías de inversiones que preside su padre, inició su trayectoria laboral como dependienta en una tienda no identificada del imperio paterno, que completó en China y Europa antes de volver a Arteixo. Sergio Álvarez Moya, que acaba de cumplir los 27, es hijo de un empresario de Avilés que empezó en el sector de las tragaperras y derivó al de la construcción, pero tuvo que empezar cuidando caballos antes de montarlos. Cuando la que mañana será su esposa despachaba en la tienda Berskha de Oxford Street, ya era el número uno del ranking de la Federación Española de Hípica, pero no tenía patrocinador. Empezaron a ser pasto de crónica social en sus tres años de relaciones, bajo el glamour y los focos de los certámenes hípicos internacionales. En vísperas del enlace, tanto el padre como la novia trabajaban normalmente en la sede de Inditex en Arteixo, aunque ella hacía más visitas de lo habitual a la agencia de viajes que hay en el interior de las instalaciones.

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