Ayer se celebró el segundo debate electoral de cara a los comicios del próximo 20-N. En esta ocasión, se organizo un formato a cinco al que acudieron Alberto Ruiz Gallardón del Partido Popular, Ramón Jáuregui, del Partido Socialista, Gaspar llamazares de Izquierda Unida, Josu Erkoreka, del PNV y Pere Macias i Arau, de CIU.Lo cierto es que mucha gente no entendió el cupo de partidos políticos que acudieron al coloquio ofrecido en Televisión Española y que había decidido la Junta Electoral Central Los protagonistas no desaprovecharon el coloquio y pusieron encima de la mesa diferentes percepciones de cuál es la situación del país. De entre los cinco ponentes sobresalió el alcalde de Madrid en exposición y forma.
Por lo que se vio, Gallardon había preparado con esmero el debate y sus turnos de palabra, siendo el único que hablaba directamente a la cámara cuando tocaba cerrar los diferentes apartados en que consistió la mesa redonda. El único pero del actual alcalde de la capital fue su evasiva a opinar sobre la enorme deuda que tener el ayuntamiento que él gestiona y que es el más endeudado de España. Resulto curioso observar como se aferraba a la buena gestión de Esperanza Aguirre, su supuesta enemiga, para salir por peteneras. Menos este desliz, Gallardon no rehúso a debatir sobre pensiones, asegurando que nunca más se van a congelar si su partido gobierna, la sanidad, afirmando que el PP jamás impondrá el co-pago, además de reclamar una unidad de mercado o una ley de austeridad en el gasto de las autonomías.
En cuanto al PSOE, Jáuregui trato de explicar lo inexplicable utilizando técnicas similares a las que utilizo Rubalcaba ante Rajoy. El Ministro trato de echar la culpa de la crisis económica a otros países y situaciones e incluso al Partido Popular y los gobiernos de José María Aznar. PNV y CIU argumentaron sus razonamientos en base a sus Comunidades Autónomas. Pere Macias pidió un nuevo pacto fiscal y Erkoreka más inversión en I+D+I y en políticas industriales. Por último, Llamazares critico el bipartidismo, a los bancos o a la corrupción de los dos grandes partidos. En definitiva, el líder de IU se erigió en portavoz de casi todas las reclamaciones del movimiento 15-M.
No estaban todos
No estaban todos los que son. Los televidentes echaron de menos más presencia de partidos nacionales y menos de nacionalistas. Y decimos esto sin querer herir ninguna sensibilidad pero es menester reiterar que las siglas nacionalistas suelen dominar sin tapujo ninguno las televisiones de esas autonomías, ofreciendo en estos entes todo menos pluralidad informativa. Esta cuestión no es baladí pues desde nuestro punto de vista no hay que excusa que valga para argumentar la ausencia de Rosa Diéz y UPyD. Y más teniendo en cuenta que los sondeos dan a esta formación entre cinco y siete diputados en el Congreso, peleando, por tanto con Izquierda Unida para ser la tercera fuerza política en España. No es plausible que la Junta Electoral Central no considere estas cuestiones y sí lo haga con partidos nacionalistas. Evidentemente, esta decisión es totalmente política pues en estas autonomías es donde más votos va a perder el Partido Socialista, junto con Andalucia