Las drogas son un problema fuera y dentro de las raves. A. V. G., en representación de un colectivo madrileño que organiza fiestas ilegales como podrían ser los extintos Mareo y RDT, estima que "un 80% de la gente que acude se droga. Junto con los que no recogen la basura al irse, son los mayores problemas de las free parties".
Estas palabras las dice una persona que lleva "unos añitos" entre parajes derruidos para darse la fiesta y organizarla. Ha visto de todo y sabe que en una rave uno es responsable de sus actos: "En un ambiente donde eres el responsable de tu seguridad, donde nadie te va decir lo que tienes que hacer, es cuando la gente hace un consumo irresponsable de todo tipo de sustancias, o molesta a los que no participan en la fiesta cuando vuelven a casa". Estos excesos los relaciona con la falta de ideales y de respeto que se ven hoy en la vida cotidiana, "y que también se dan en una rave". Respecto al consumo de estramonio, la sustancia alucinógena que mató a los dos jóvenes el sábado pasado en la rave de El Monasterio de la Aldehuela, "no es nada normal", asegura insistente.
Estas fiestas ilegales son "un movimiento libre, en donde no hay control, pero se respeta a los demás y nadie quiere problemas". Por eso se van a sitios donde no se moleste. Una vez localizado el lugar, generalmente en fincas privadas semiabandonadas, lo autogestionan porque "el dueño no suele denunciar".