"La camarera de Strauss-Kahn tiene derecho a un juicio"

La concejala Letitia James, afro-americana, demócrata y de Brooklyn, protestará esta tarde delante del tribunal que probablemente nunca juzgará a Dominique Strauss-Kahn. La mayoría de los manifestantes tendrán un perfil parecido y gritarán contra su compañero de partido, el fiscal del distrito, Cyrus Vance.

Hasta mañana no se celebra la vista del caso, pero el abogado de Nafissatou Diallo, la denunciante, cree que la Fiscalía comunicará hoy el final del proceso penal contra el ex director gerente del FMI. Varias organizaciones de mujeres y de defensa de las minorías denuncian ya el abrupto final sin oportunidad de juicio. A finales de junio, un mes y medio después de presentar cargos contra Strauss-Kahn, la Fiscalía de Manhattan aseguró que la acusación se desmoronaba por las debilidades personales de la víctima. La inmigrante guineana mintió en su petición de asilo a EEUU y habló del dinero de Strauss-Kahn con un amigo convicto (según una traducción de un dialecto africano al inglés). La Fiscalía filtró a la prensa que Diallo dijo que el día del asalto avisó de inmediato al hotel, pero después cambió de versión y aseguró que, en realidad, siguió limpiando antes de lanzar la alerta. "Pero hay contradicciones de las dos partes...Y también por parte de la Fiscalía, que tiene un problema de credibilidad", se queja la concejala James.

Ella, como otras colegas demócratas, dice que no quiere "entrar en política" porque la prioridad debería ser la víctima, convertida en "objeto de debate de tertulianos" y que no tendrá oportunidad de presentar sus pruebas médicas de la agresión ante un juez o un jurado.