La nueva película de la cineasta Kathryn Bigelow, la primera mujer en ganar un Oscar a la mejor dirección en 2010 por En tierra hostil (The Hurt Locker), se ha convertido en el centro de una nueva controversia entre la Casa Blanca y la oposición republicana.
El congresista Peter King acusó a la administración de proporcionar información secreta a Bigelow para realizar su nuevo filme, dedicado a la caza de Bin Laden, algo desmentido tanto por la directora y como por el Gobierno estadounidense. King, presidente del Comité de Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes, envió el jueves una carta a los inspectores generales del Pentágono, Gordon Heddell, y de la CIA, David Buckley, solicitándoles información sobre la filtración y sus consecuencias, al considerar que la información secreta otorgada a Bigelow "podría compremeter" la seguridad del país.
Publicación que levantó la sospecha
La acción de King es una respuesta a una columna publicada en The New York Times el pasado fin de semana en la que se asegura que Bigelow y Sony Pictures, productora de la cinta, "están recibiendo acceso de alto nivel de la misión más clasificada de la historia". El texto, firmado por Maureen Dowd, apuntaba la contradicción entre esta supuesta filtración y la guerra sin cuartel que libra la administración Obama contra varios funcionarios responsables de otras filtraciones a la prensa, muchos de los cuales se enfrentan a posibles penas de cárcel.
Según Dowd, la filtración habría sido permitida en pos de mejorar la popularidad del presidente. "Fue claro que la Casa Blanca quería privatizar la mejora de la imagen del presidente cuando Boal [guionista de Bigelow] fue recibido por altos cargos del Pentágono y la Casa Blanca cuando se presentó a la fiesta de la CIA en honor de los Navy SEALs", escribió la periodista.