En una entrevista concedida hoy al periódico El Mundo, el ex presidente de Banesto, Mario Conde, hace un pequeño repaso a sus años dorados reconociendo que nunca soportó "al Mario Conde de la banca, por eso le di mucha distancia. Mis amigos sabían que era un disfraz". Aunque se considera traicionado por altos cargos como Felipe González, Conde busca desligarse de su pasado y no reniega de sus errores: "Si alguien te tima aprendes, pero si timas tú a alguien, eso te pudre", reconoce el abogado.
Ostensiblemente desencantado con el sector financiero, el gallego asegura que el único banco por el que pondría la mano en el fuego es "uno de madera del Retiro". Tampoco es optimista con la sitación económica, a la que augura "una crisis de liquidez" cercana, ni con el papel de los políticos: "Hay que arreglar la crisis para no volver a una nueva. Esto no lo van a hacer los políticos, porque supondría limitar su poder. Me gustaría ver quién está dispuesto a limitar su poder voluntariamente". Tan grande es la desazón de Conde que establece unas murallas muy difusas entre un atracador de bancos y el banquero: "El primero se queda con lo que no es suyo; el segundo lo usa para beneficio propio".
Además, el tertuliano y presentador estima que el poder "da igual como lo manejes, siempre termina por estallar", que sigue "preso" "de cambiar esto un poco, porque la sociedad está prisionera del miedo" y que, lo más caro que conserva es "la traición, que no se paga con dinero, sino con trozos de alma".