Primeras consecuencias negativas del apagón nuclear aprobado por la canciller Angela Merkel, tras el desastre de Fukushima: E.ON estudia despedir al 13% de su plantilla. Es decir, 11.000 de los 85.000 trabajadores que la componen. Fuentes de la primera energética de Alemania confirman las informaciones difundidas por los medios en los últimos días, aunque la empresa concretará en las próximas semanas el plan.
La plantilla de E.ON se reparte entre Alemania y otros 12 países de Europa -entre ellos España-, así como de América del Norte.
El pasado fin de semana, el diario Süddeutsche Zeitung avanzó que la compañía planeaba despedir a unos 10.000 empleados en todo el mundo, a raíz del apagón nuclear aprobado en junio por el Bundestag (Parlamento). Ello implicará el cierre de los 17 reactores atómicos de Alemania en los próximos diez años y la apuesta por las energías renovables. E.ON, con base en Düsseldorf (oeste de Alemania), gestiona cinco de esas plantas nucleares en solitario y otras seis en régimen compartido con otros consorcios energéticos.
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