Bernabéu como castigo. Mourinho no convocó ayer a Cristiano para darle un toque de atención por sus declaraciones tras el 0-2 del pasado miércoles en las que criticó veladamente el planteamiento del técnico. "No me gusta jugar así, pero tengo que adaptarme a lo que me piden...". Mourinho decidió sacarle tarjeta amarilla a su estrella. No es por descanso. El técnico de Setúbal ha repetido varias veces, la última el 19 de febrero en la previa del Levante, que Cristiano no descansará nunca salvo que el propio astro lo pida. "Le gusta jugar, no necesita descanso y para qué cambiar", fue lo que dijo Mou.
Los precedentes en ese sentido son claros: Cristiano sólo ha estado ausente tres jornadas de Liga (ante Racing, Hércules y Sporting) por la lesión en el bíceps femoral que se produjo el pasado 3 de marzo ante el Málaga y uno de Copa (el de vuelta ante el Levante) en el que se le reservó al estar afectado por un proceso gripal. Mourinho sólo le ha dosificado mandándole al banquillo antes de tiempo (en White Hart Lane le sustituyó en el 65) o sacándole en las segundas partes (Bilbao y Mestalla).