Llegó el término de las obras. Ganas tenían los vecinos de que este hecho ocurriera. Ya disponemos de calles asfaltadas, aceras por donde caminar sin peligros.
Y se han resuelto los problemas de algunos cambios en el tránsito de nuestras vías principales. En suma, La Moraleja, ya casi tiene sus calles como Dios manda.
Es evidente que todavía queda mucho por hacer, pero tiempo al tiempo. Durante más de cinco lustros, los vecinos del barrio Urbanizaciones, entre los que se incluyen La Moraleja, El Soto de La Moraleja, Encinar de los Reyes, Cuesta Blanca y Arroyo de la Vega -estos últimos de generación posterior-, nunca habíamos tenido atención por parte del Municipio. Alcobendas, en la época socialista, nos había dejado sin pan y mucho menos mantel. A pesar de la contribución que aportamos a las arcas del Ayuntamiento.
Suponemos que los vecinos habrán tomado buena nota de lo que se ha ganado con los nuevos gestores municipales, después de tantos años de sequía en obras, seguridad y atención con los ciudadanos. Precisamente, en páginas interiores ofrecemos una entrevista con la responsable de estas obras realizadas, Paloma Cano. Una mujer que ha llevado de forma directa y a pie de obra todos estos beneficios que han molestado a una parte de los vecinos, pero que la conclusión final ha merecido la pena.
No sucede lo mismo con la parte de las vías en torno a la zona donde se ubicará el Centro del BBVA. Todo un atentado con el entorno de esta bellísima zona, que ha supuesto el mayor de los descalabros para los que viven cerca y un deterioro del origen histórico de La Moraleja, amén de la calle Conde de los Gaitanes, uno de los ejes de mayor tránsito de la urbanización. Las obras la han convertido en un cúmulo de socavones por el paso de los camiones de la mencionada obra. Es incompresible que el Ayuntamiento haya autorizado una obra de esta magnitud. Es evidente el poder de la banca, principal causante de la situación por la que atraviesa el país en general y en este hecho en particular. Nos dicen que la autorización de dicho desorden urbanístico la dieron los anteriores legisladores. Sea lo que fuere, a tiempo estuvieron los actuales de parar unas obras que perjudican a todos los vecinos, teniendo en cuenta la función de estas instalaciones.
De todos estos temas hablamos con Beatriz Navarro, responsable de la Entidad de Conservación de El Soto de La Moraleja. Lo hicimos largo y tendido. Uno de los temas que más preocupan a los residentes es la falta de aparcamiento en las calles cercanas al Parque Empresarial de Diversia. Para evitarlo, están pensando en crear unas tarjetas de residentes que tengan prioridad. Buena idea.
Ese tema podría quedar solucionado con la apertura del Complejo Diversia, donde están terminadas más de 700 plazas de aparcamiento, 25 pistas de pádel y otro tanto de locales de restauración. Un obra terminada, pero con un litigio que puede durar años, según hemos sabido de fuentes bien informadas.
Estamos de enhorabuena con la actuación de los servicios de seguridad municipales. Desde la implantación de la comisaría de barrio, se han reducido los delitos y se ha mejorado la vigilancia en todas las vias, especialmente en la zona escolar.
Seguimos con los mismos problemas de aparcamiento en la Plaza de La Moraleja. El aumento de restaurantes incrementa el número de visitantes y esto provoca la falta de plazas.