El Gobierno continúa con su estrategia de distraer al personal. Esto ya se hacía cuando el fútbol era el remedio para calmar los ánimos de quienes pedían una democracia libre.
Estos del traje de pana que ahora visten con elegantes pernos gracias a los que les votan, han tomado el mismo ejemplo para que el pueblo se “olvide” del problema fundamental que tiene nuestro país: la desastrosa situación económica.
En el titular deseamos a nuestros lectores que sean felices a pesar de las circunstancias actuales, que no pueden ser mucho peores. Sabemos que lo están pasando muy mal, como la mayoría del pueblo puro y llano que no vive de la política. En las últimas semanas hemos podido vivir el tema de los controladores, punto de mira del Gobierno para, insisto, distraer al personal. Los medios de comunicación han seguido al pie de la letra las directrices de los que, para desgracia de la mayoría, mandan en nuestra querida España, que son, precisamente, los principales causantes de los males por los que atraviesan una enorme mayoría de ciudadanos de nuestro país. Y todavía tiene narices que los “ZPchicos”, base de la “cultura” española, nos quieran convencer de que la crisis es agua pasada. ¡Qué embusteros, cínicos y falsos!
Y lo que más me indigna es que cuando salgan del Gobierno -si salen-, esta panda de inútiles van a seguir llenándose los bolsillos con crisis o sin ella.
Por la red de redes, Internet, circulan muchas verdades de lo que nos están haciendo. Algunos temas son exagerados, pero otros, que son mayoría, son una fiel expresión del malestar general de los españoles ante tanto ignorante que ha llegado al poder por el mero hecho de disponer de un carné con un anagrama político. Ejemplos, haylos. Basta con mirar al Gobierno.
Son políticos. Una raza, que salvo contadas excepciones, sólo se dedican a predicar sin dar ejemplo. Muchas promesas sin tener en cuenta las consecuencias. Después lo arreglan dando marcha atrás.
¿Qué sucederá el próximo año? Sólo Dios lo sabe. Hemos buscado la respuesta entre gentes preparadas. Y en contra de lo que dicen los “ZPchicos”, el año que comienza será peor que el que termina. Que todavía no se ha tocado fondo. Y que recuperar el nivel que teníamos hace dos años, puede tardar dos lustros, en el mejor de los casos. No me gustaría pecar de pesimista, pero los ratios -algo que los economistas ilustres, no el Gobierno, manejan- indican una realidad poco esperanzadora.
A pesar de todo, felices fiestas y que el próximo año, sea, por lo menos, algo mejor. En este caso pecamos de optimistas, porque la realidad puede ser bastante diferente. Que por entusiasmo no quede.