Hay dos noticias importantes que ilustran esta edición: la inauguración de la nueva comisaría de distrito y la casi finalización de las obras de aceras y asfaltado.
No está nada mal, después de veinticinco años de la penuria en inversiones que hemos sufrido los que vivimos en el distrito Urbanizaciones; es decir, La Moraleja, El Soto, Encinar de los Reyes, Fuente Hito y demás.
Tenemos otros temas interesantes que también destacamos, como es el retorno de José Caballero. Sí, sí, el mismo que nos ha gobernado en esos aludidos veinticinco años. Encabeza la lista del partido de Rosa Díez (UP y D) y quiere volver a sentarse en la poltrona que bien conoce y vengarse de esta forma de quienes le defenestraron del poder.
Todo ello, incluidas otras noticias que aportamos, sería fantástico si el índice de paro dejara de aumentar y se frenase la mala situación económica. Pero esto es algo por lo que nuestros gobernantes locales poco pueden hacer, aunque lo intentan dentro de sus posibilidades. La crisis "zapateril" es un grave problema que todavía no ha tocado fondo y cuyas perspectivas de solución están lejanas, y mucho más si el electorado -"hay gente pa tó", como dijo el torero- sigue apoyando a este inútil que nos gobierna. Sería el colmo, pero es que la derecha no quiere dar un golpe de timón con respecto a su líder, que, por cierto, no me cae mal. Pero no es lo mismo el pensamiento de la mayoría de la ciudadanía.
Pero volvamos a lo nuestro. No quiero enredarme más con estos temas políticos, culpables de lo que le está pasando al país en general y a Alcobendas en particular. Pocos nos libramos de estas consecuencias, incluidos una gran mayoría de nuestros vecinos. Desde grandes empresarios, pasando por altos ejecutivos, para terminar por empleados. De todo hay en esta viña del Señor. Nos decía un director de uno de los colegios de la zona escolar, que los servicios accesorios que ofrecen, como comidas, ballet, natación, excursiones, etc, se habían reducido a más de la mitad; incluso, los recibos impagados han aumentado considerablemente.
Por lo tanto, no es de extrañar la abundancia de carteles de "Se vende" y "Se alquila". Una proliferación que está afectando a la cotización de las casas ubicadas en la zona. Las viviendas nuevas, las que quedan en el "El Soto", por poner uno de los muchos ejemplos, las han bajado más de un treinta por ciento; las grandes mansiones de La Moraleja, un tanto de lo mismo. Y no se vende.
Es más, muchos de estos propietarios han solicitado una recalificación en el índice de edificabilidad. Un asunto que sacaría del atolladero al propio Ayuntamiento por el exceso -en este supuesto índice- que han tenido algunas de las últimas edificaciones, como las del BBVA en Conde de los Gaitanes.