El rifirrafe entre el ministro José Blanco y el Secretario y líder del Partido Socialista de Madrid tiene un claro beneficiario en Alcobendas, José Caballero. El exalcalde de nuestro municipio se frota las manos ante los acontecimientos que podrían colocarle como candidato socialista en las próximas elecciones municipales.
De todos es sabido el enfrentamiento que siempre ha mostrado Tomás Gómez con algunos históricos del partido, como es el caso de José Caballero. De hecho, en una de sus intervenciones en la localidad manifestó que el exalcalde había cumplido un ciclo y que debía descansar; en pocas palabras, le jubilaba después de veinticinco años de gestión. Son los modos de agradecimiento de este personaje que ahora se enfrenta a un peso pesado de su propio partido, como es el Ministro de Fomento.
Ahora, el clima de tensión entre Gómez y Blanco podría favorecer la candidatura del antiguo edil. Este, a pesar de su plataforma ciudadana, sigue militando en el PSOE. Él mismo ha manifestado en varias ocasiones que el partido no puede prescindir de su persona si quiere tener una presencia importante en el municipio; incluso, como siempre dice el exalcalde, volver a sentarse en el sillón que le hicieron abandonar sus propios compañeros y, en especial, su "amigo" Tomás Gómez.
El tema viene de lejos, aunque actualmente es cuando han saltado los nervios. El primer enfrentamiento sucedió cuando Gómez fue elegido secretario general de los socialistas madrileños. Entonces, el vicesecretario general nacional del partido intentó colocar a personas afines y generó el primer momento de tensión entre ambos, según las mismas fuentes.
Este duro enfrentamiento se ha escenificado en varios actos, una vez que Blanco ha asumido la cartera del ministerio de Fomento. En diferentes eventos, como la visita a las obras del tren de Cercanías al aeropuerto, el líder del PSM eludió acudir pese a que estaban representantes del propio gobierno regional y diferentes políticos socialistas para mostrar su rechazo a lo que entienda como un acercamiento a Aguirre.
El caso es que los acontecimientos vuelven a dar "manivela" a José Caballero, quién a pesar de los años, no quiere abandonar la política activa. Sin embargo, pensamos que los tiempos han cambiado, y mucho. El Partido Popular ha apostado muy fuerte por Alcobendas. Las últimas encuestas están demostrando el creamiento del PP en la localidad y muy especialmente en el barrio centro, donde era un coto privado del PSOE. Si a esto sumamos la falta de comunicación del partido socialista con el electorado y la nefasta gestión del Sr. Zapatero al timón del país, me temo que con Caballero o sin él, volver a gobernar en Alcobendas es un objetivo bastante difícil.
Otra de las revoluciones es la del Club de Golf La Moraleja. Muchos accionistas se siente engañados por el actual Consejo de Administración: un grupo de accionistas que tuvo que renunciar a los cargos y volver a convocar elecciones tras la dimisión del anterior presidente, Gumersondo Santamaría, y que se ha aferrado al sillón de mando a pesar de la fuerte oposición. Algo realmente incomprensible cuando son cargos no remunerados.
Sea lo que fuere, el caso es que de los más de 118 millones de ingresos que tuvo la entidad gracias a la venta de los terrenos del Campo II, queda un veinticinco por ciento. El resto se ha derrochado sin mesura, pagando por las adquisiciones realizadas tres veces más del coste real. Tanto es así, que una gran mayoría de los accionistas han presentado varias demandas contra los dirigentes actuales, encabezados por un autentico clon de Zapatero.
Es decir, de seguir con su política de sonrisas, comunicados optimistas y, en definitiva, por no contar la realidad de los hechos, se puede llevar a este emblemático Club de Golf a un desastre. Un espejo de lo que ocurre en este país, antes llamado España y que se convierte en los Estados Desunidos de la Península Ibérica.