La enorme explanada de cardos que hay bajando la pendiente situada enfrente del colegio Escandinavo es el lugar más visitado por los “recolectores”. La demanda es tal, que para tener éxito en la búsqueda, hay que acudir casi de madrugada, pues si no uno se lleva lo puesto.
Las setas de cardo son, por tanto, las más numerosas y fáciles de ver. Otras que se encuentran son las azulis o las famosas ‘negras’, que son mucho más complicadas de localizar, pero que la leyenda afirma que se encuentran ahí. Una de las máximas para el que quiera apuntarse a esta moda culinaria es que el hongo no tenga el tallo pequeño, no esté muy moteado y se compruebe que no hayan entrado bichos en su interior.
Precaución
Las autoridades sanitarias advierten que, ante el aumento que ha habido en nuestro país de casos de intoxicación por consumo de setas, es necesario ante la duda comprobar si la seta encontrada es comestible llamando, si fuera necesario, a los distintos números de teléfono que la Consejería de Salud ha puesto al respecto.