“No respetan los resaltos y algún radar se hace más que necesario pues hay coches que van muy rápido. Las motos son menos problema por el frío”, añade César Marino, gerente de la Entidad de Conservación.
Aparcamiento del momentito
En breves fechas se inaugura la nueva parada reguladora de autobús de la línea B-55 en El Encinar. Este hecho produce que los coches no puedan aparcar en los sitios destinados a la parada. Pues bien, según parece los vehículos aparcan en doble fila o activando las luces de emergencia haciendo caso omiso de las normas que indican que está prohibido estacionar en ese espacio reservado al autobús. Este asunto no es nuevo, ya que antaño esta poco educada e incívica actuación de algunos vehículos provocaba que los autobuses no pudieran completar su recorrido pues varios coches mal estacionados alrededor del centro les impedían seguir su camino. “Sería conveniente que la Policía actuara con el máximo rigor”, opina Marino.
Zona azul
Por otro lado, la inclusión de la zona azul en la plaza de La Moraleja ha provocado que la gran mayoría de trabajadores que desempeñan sus funciones en dicha ubicación accedan a El Encinar para estacionar, pues los lugares son públicos y en ellos puede aparcar todo el mundo que lo desee. “Antes estaban vacíos y ahora los coches llenan las plazas y calles de El Encinar que están más cerca de la plaza de La Moraleja pero siempre dentro de los parámetros”.
Por otro lado, La nueva situación de la parada reguladora de la línea de autobús B-55 enfrente del Centro Comercial lleva implícita la desaparición de varios sitios de aparcamiento en el que estacionaban vehículos para acudir a los comercios. Esta reducción de plazas fomenta el uso del aparcamiento gratuito que el centro tiene bajo sus cimientos. Este repunte de coches en el parking subterráneo vuelve a poner de manifiesto la necesidad de acondicionar la salida del garaje con un paso de cebra en condiciones, iluminado y con una señal reflectante que lo identifique para prevenir a los vehículos de su existencia.