El letargo invernal ha terminado para las flores y plantas. Ha llegado la primavera y los parques y jardines se afanan por lucir sus mejores galas. No en vano, para muchos ciudadanos se trata de la estación más bella del año. Pero para muchos otros puede convertirse en una auténtica pesadilla. Son los alérgicos al polen que cada año tienen que enfrentarse a una enfermedad cuyos síntomas se manifiestan con mayor frecuencia durante esta época del año.
Los estornudos frecuentes o los ojos llorosos son algunos de ellos. Es relativamente fácil reconocer a nuestro alrededor personas que la sufren. Una persona con alergia tiene mayor sensibilidad a determinadas sustancias también conocidas como alergenos. Estos se pueden encontrar en el aire, en los alimentos, en los medicamentos, en los insectos, etc. Entre los alergenos que podemos encontrar en el exterior se encuentra el polen y se produce durante la temporada reproductiva de las plantas; aunque es más frecuente en primavera también se produce en otras épocas del año. Dependiendo del alergeno existen diferentes tipos de alergia: rinitis alérgica o alergia al polen, asma alérgica, alergia a determinados alimentos, a insectos…La mayoría de las reacciones ocurren segundos o minutos después de la exposición aunque también puede suceder que se manifiesten horas después. Será necesario realizar diferentes pruebas médicas para determinar cual corresponde a cada caso. Es muy importante conocer el tipo o tipos de polen a los que se es alérgico para evitar su exposición en una época en la que su concentración atmosférica es mayor así como seguir la prescripción del alergólogo especialista. El polen puede ocasionar la aparición de procesos de mayor o menor gravedad, desde síntomas más molestos que graves como puede ser la rinitis o conjuntivitis hasta las graves crisis asmáticas, cuya aparición requiere de un estricto control médico.
Por ello, el conocimiento de los niveles de concentración de polen en la atmósfera es de gran interés para la Salud Pública y para ello se creó en 1993 la Red Palinológica de la Comunidad de Madrid que informa puntualmente sobre los niveles de polen atmosférico.